Jorge Díaz-Rullo encadenó El Bon Combat 9b a finales de septiembre de 2020. Después del encadenamiento, el madrileño comentó: «Puede que nunca una vía me haya exigido tanto, sobre todo a nivel mental. Un paso que solo de pensar en él hace que me ponga nervioso. Quizás sea el tiempo que llevo invertido o el hecho de todo el proceso que he tenido que pasar, contando con muchas derrotas y dificultades que me han ido surgiendo».

La Perfección del Movimiento, que se proyectó en varios rocódromos y que ahora se puede ver ya en abierto, relata la relación de amor y odio que Jorge mantuvo con El Bon Combat. Invirtió 30 días en la vía y dos meses viviendo en la furgoneta, cerca del sector, La Cova de l’Ocell, en Sant Martí de Centelles (Barcelona).

El Bon Combat llegó para Díaz-Rullo después de estrenarse en el 9b con La Planta de Shiva, en Villanueva del Rosario (Málaga), en mayo de 2019, y habiendo tachado otras vías como Ali Hulk Extension Total sit start y Patanics, localizadas en Rodellar, durante el verano de 2019.

Desde el encadenamiento de Jorge Díaz-Rullo nadie más ha vuelto a tachar El Bon Combat. Equipada por Martí Iglesias, la primera ascensión fue para Chris Sharma, en marzo de 2015. Sharma propuso una dificultad de 9b/+. Jakob Schubert se llevó la primera repetición, en diciembre de 2018, y propuso una rebaja hasta el 9a+. Ya en 2019, en abril, Felipe Camargo encadenaba también la línea de la Cova de l’Ocell y la dejaba en 9b. Sobre la dificultad, Jorge dijo que «honestamente le doy 9b, para algunos puede ser menos, y no lo descarto, pero me ha costado mucho. No es mi estilo y las condiciones no han ayudado mucho».

La lista de ascensionistas del Bon Combat es corta, pero pretendientes no le faltan. Gerard Rull, después de completar su particular tetralogía del Pati, en Siurana, comentó que entraba en sus planes, y Ramon Julián también la ha tenido en su punto de mira en algún momento.

Todos seguirán buscando la perfección del movimiento.