Jorge Díaz-Rullo le ha dado la bienvenida a 2024, como no podía ser de otro modo, con un encadenamiento. Ha sido con el rotpunkt de Catxasa, en la Cova Gran, en Santa Linya. A lo largo de los últimos meses Jorge, ha repartido sus días de escalada entre tres escuelas: Margalef, Siurana y la protagonista en esta ocasión, Santa Linya. En los tres lugares cuenta con proyectos y el madrileño escoge escalar en un sitio u otro en función de las condiciones, el estado de su piel y la motivación de cada momento.

Sobre Catxasa ha explicado que «desde el primer momento sabía que iba a necesitar más tiempo de trabajo que para otras vías que ya había hecho en la cueva. En total han sido cinco. Se me dio muy mal una sección con un invertido. Además, no encontraba la oportunidad para probarla tras haber reposado lo suficiente, ya que siempre había dado prioridad a mis principales proyectos. Y así fue el día del encadenamiento… Tuve la suerte de poderla encadenar en mi cuarto día de escalada consecutivo, después de haberme caído el día anterior donde no debía porque una de mis manos se abrió completamente en un canto».

Equipada por Dani Andrada y con primera ascensión de Chris Sharma en enero de 2011, a pesar de tener más de 10 años de historia, Catxasa no cuenta con un abultado número de ascensiones. Consolidada en el 9a+, Jorge también coincide en que es el grado correcto, «y así lo sentí durante los días que la he probado. Pero he decidido apuntármela como 9a/+, sin faltar al respeto a los ascensionistas previos. El crux que para todos era el más duro para mí simplemente ha sido un movimiento sencillo porque he utilizado una rodilla complicada». Gonzalo Larrocha, que encadenó Catxasa en noviembre de 2011, también comentó entonces que había utilizado bastantes rodillas y que así podría ser más fácil.