Adam Ondra se ha anotado la primera ascensión de Kout pikle, en Moravský kras (República Checa). El checo había realizado un parón de varias semanas y en su vuelta a la roca se ha topado con las condiciones ideales para tachar uno de sus proyectos pendientes, localizado concretamente en el sector Býčí skála.

Ondra ha explicado que se trata de una vía que «empieza con un increíble 8C de boulder en un diedro y luego es todo un 8c de fuerza y resistencia hasta la cadena. Un estilo especial, muy técnica y física a la vez».

Respecto al grado, Adam ha comentado que «es una línea difícil de graduar. Estará entre el 9a+ y el 9b, pero me voy a quedar en la parte segura con 9a+». Esta precaución a la hora de lanzar una propuesta sobre la dificultad de Kout pikle es consecuencia de lo acontecido durante las últimas semanas en el sector La Capella, en Siurana, y que tiene otros precedentes, como la decotación de Bibliographie, en Céüse. En cualquier caso, conociendo el estilo de escalada que se la da bien al checo y teniendo en cuenta las explicaciones que ha dado sobre esta primera ascensión, quien quiera repetirla no lo va a tener fácil.

Primeras ascensiones cerca de casa

A diferencia de otros compañeros de fatigas, como Alex Megos o Jakob Schubert, que una vez completada su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio empezaron a viajar para escalar en diversas zonas de Europa, Adam Ondra no ha salido prácticamente de su país.

Ondra ha centrado casi toda su actividad en Moravský kras, su escuela local, situada muy cerca de su casa, en Brno. Fue ahí donde se reencontró con el 9a+, con otra primera ascensión, la de Molekuly, a en octubre, y donde también estableció en septiembre Rodeo 9a y Protivník 9a.

Con Tokio de por medio no ha sido el año más fructífero para el checo en roca, aunque aprovechando alguna escapada a Arco (Italia), donde se casó a principios de octubre, también pudo repetir Erebor, que bajó a 9b respecto a la propuesta de 9b/+ de Stefano Ghisolfi.