Sébastien Berthe le gana la partida a ‘Dawn Wall’ (900m 9a)
El belga se convierte en el cuarto escalador capaz de escalar en libre una de las vías en pared más difíciles del mundo. Invierte catorce días para escalar los 32 largos del codiciado 'Dawn Wall'
Sébastien Berthe en una de las reuniones de 'Dawn Wall'. Foto / Soline Kentzel
Sébastien Berthe ha escrito una nueva página en la historia de la escalada en libre en Yosemite (California, USA) al conseguir la tercera ascensión de Dawn Wall (900m 9a). Establecida en una épica ascensión protagonizada por Tommy Caldwell y Kevin Jorgeson, en enero de 2015, Adam Ondra la repitió en noviembre de 2016. Nueve años más tarde, la vía más dura en pared del Cap se ha escalado en libre de nuevo.
«Mientras escribo estas líneas, cinco días después de volver del Valle de Yosemite, el dolor en pies y manos sigue muy presente. He de reconocer que he saboreado estos dolores, testimonio de la batalla que libré en la pared a lo largo de dos semanas», explica Berthe al inicio de la nota de prensa que ha enviado a los medios para anunciar su realización.
El belga ha necesitado dos viajes a Yosemite y 14 días en la pared para rubricar la repetición de Dawn Wall: «El intento definitivo duró 14 días, cinco de los cuales fueron para reposar. Lideré todos los largos, los 32, en orden, incluyendo los 19 que están por encima del 5.13a (7c+). Coloqué todo el material de autoprotección, excepto el de artificial, que requiere el uso del martillo, y utilicé las cintas exprés que ya estaban colocadas donde habían parabolts. No bajé al suelo durante la ascensión y nadie me aprovisionó durante la escalada con comida ni agua».
Dos barcos, una pared, una vía y un objetivo
El camino de Sébastien Berthe hasta salir por arriba triunfante en Dawn Wall empezó en septiembre de 2021, cuando junto a otros compañeros de tripulación, partió en velero desde el puerto de Torredembarra para cruzar en seis meses el Océano Atlántico, llegando finalmente hasta Yosemite, donde probó por primera vez la línea más dura del Capitán. Entonces formó cordada con su compatriota Siebe Vanhee.
La cordada belga empezó probar Dawn Wall en enero de 2022. Ambos escaladores trabajaron la vía conjuntamente durante varias semanas, pero también lo hicieron por separado. Siebe lo explicó todo en el documental Darkest Before Dawn. Ese año, Seb y Siebe acabaron yéndose del valle sin el deseado encadenamiento.
Tres años después de la primera travesía por el Atlántico, Berthe repitió de nuevo la experiencia, con una nueva tripulación, en la que también estaba su compañera Soline Kentzel. En esta ocasión tardaron 50 días en pisar América y llegaron a Yosemite a finales del pasado mes de noviembre.
«En el valle me encontré con Connor Herson, quien estaba extremadamente motivado por probar Dawn Wall conmigo. Fue un honor contar con un compañero así en la pared. Probarla solo habría sido muy difícil. En mi primer primer día en el valle ya estaba en la pared y tras cuatro semanas habíamos subido por cientos de metros de cuerdas fijas, remontado petates, trabajado los largos duros, fijado cuerdas, … El Dawn Wall no había cambiado, seguía requiriendo un intenso trabajo y todo el proceso era duro: la escalada, las frías temperaturas del invierno mezcladas con la exposición solar de esa cara sur, la constante exposición en el muro, las protecciones precarias, el hielo que caía, etc. Tras un mes en el valle estaba realmente cansado y mi estado físico había disminuido considerablemente. A Connor le sucedió lo mismo, que entonces tuvo que volver a casa para seguir con sus estudios», ha explicado Berthe.
Aunque el objetivo de Seb seguía siendo escalar en libre Dawn Wall, «tras una semana haciendo boulder en Bishop y dos de completo descanso, todavía no me sentía preparado para un intento serio. A mediados de enero la previsión meteorológica arrojó una ventana con un ambiente excepcionalmente seco, así que tomé la decisión de ir a por la vía».
El cuidado de la piel es clave para escalar el ‘Dawn Wall’. Foto / Soline Kentzel
14 días de autosuficiencia en El Capitán para escalar el Dawn Wall en libre
El viernes 17 de enero, a las 5 de la madrugada, «empecé a escalar los primeros largos del Dawn Wall, acompañado por Soline como cordada y con Alex Eggermont tras la cámara».
Tras cuatro días de escalada, Seb Berthe había completado los trece primeros largos. El quinto día decidió descansar, «no me sentía especialmente cansado pero era importante estar lo más fresco posible antes de afrontar el largo catorce, el crux«. El belga necesitó dos jornadas para encadenar el largo clave, separadas por dos días de descanso más. «Mi décimo intento en el largo catorce, en la jornada nueve de escalada, no fue el más fluido, pero conseguí superar las dos secciones clave con éxito para llegar al reposo antes de la última sección difícil, cuando empezó a nevar. Mis pies de gato y mis manos empezaron a mojarse y me sentía desanimado. A pesar de todo, de repente estaba en el canto salvador, ¡había encadenado el largo 14 bajo la nieve!», ha relatado el belga.
Durante la décima jornada escaló el famoso largo 15, conocido por contar con un problema de boulder que se escala en sentido descendente. Tras descansar una jornada, en tres días más Seb escaló los 17 largos restantes, con una sesión final maratoniana, en la que encadenó del largo 21 al 32.
Los dos últimos días Erik Sloan le tomó el relevo a Soline Kentzel al otro lado de la cuerda. Sébastien Berthe escalaba los metros finales del Dawn Wall de noche, llegando a la cima del Cap a las 8 de la mañana de la jornada 14.
Una ascensión reivindicativa
«Esta actividad es simplemente una realización deportiva pero para mí es particularmente importante, quizás la más significativa de mi carrera como escalador. También soy consciente que tendrá un impacto en el mundo de la escalada, así que voy a aprovecharla para dar visibilidad a un problema. El silencio es complicidad; la resistencia un deber. Lo que está pasando actualmente en Bélgica, Francia, en Europa en general, y en Estados Unidos, es preocupante. Todos afrontaremos las consecuencias, incluso dentro de la privilegiada burbuja de la escalada. El fascismo no se trata solo de una retórica de odio: se manifiesta en la violencia policial, el racismo, la discriminación sistemática y el ataque a los derechos de las mujeres y las minorías de género. Ser antifascista significa rechazar todas las formas de opresión. Mis pensamientos y mi solidaridad van dirigidos a todos aquellos que están sufriendo y sufrirán más por este ascenso del fascismo», ha escrito Berthe para finalizar su relato sobre el Dawn Wall.
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