Cédric Lachat ha encadenado Chilam Balam 9a+/b, en Villanueva del Rosario (Málaga). Este 2023 se cumplen 20 años desde que Bernabé Fernández le pusiera el primer punto rojo, en julio de 2003, y desde entonces solo ocho escaladores han sido capaces de repetirla. El suizo ha calificado este rotpunkt como la guinda del pastel: «Es mi vía número 50 de noveno grado, antes de cumplir 40 años».
En lo que llevamos de año, además de repetir Chilam Balam, Lachat también ha propuesto su vía más dura hasta la fecha, con Fantasia, en el macizo del Vercors (Francia), y como paso previo a la Chilam también se ha anotado dos variantes de ésta: Chilam Salsera 9a y Maldita Envidia 9a.
Chilam Balam, la revolución
Dice Rubén Díaz en el artículo que lleva por título Bernabé Fernández veía elefantes: «Hace veinte años que sucedió por última vez –y parece ser que se alargará en el tiempo–, algo innovador en la escalada deportiva. Si lo analizáis, no hay en el mundo ninguna vía con una idiosincrasia propia que haya surgido a partir del 2003. A excepción de Es Pontàs, pero como veis, no es una línea de escalada deportiva».
Bernabé equipó Chilam Balam en 1999 y no fue hasta cuatro años después cuando por fin cerró un proyecto de dimensiones monstruosas: 82 metros de escalada, en gran parte sobre un acusado desplome. Fue la primera propuesta de 9b+ en el mundo, aunque Adam Ondra, el primer repetidor, en abril de 2011 prefirió el 9b soft. Seb Bouin, casi desconocido por la mayoría entonces, la encadenó en mayo de 2015, proponiendo 9a+/b, grado en el que se ha acabado consolidando la king line de Villanueva del Rosario.
A diferencia de lo que ha sucedido con otras líneas duras emblemáticas a lo largo de los últimos lustros, que se han ido repitiendo de manera continua, las ascensiones en Chilam Balam siguen siendo escasas. A las ya citadas repeticiones de Ondra y Bouin, hay que sumar las de Dani Andrada, Edu Marín, Sindre Saether, Jonatan Flor, Yu Okumura y ahora Lachat. La línea es abrumadora e intimidante, no es fácil encontrar las mejores condiciones y proyectarla requiere un gran esfuerzo, tanto a nivel físico como psicológico. A día de hoy sigue siendo un reto al alcance de muy pocos, más allá de su grado.