16 de junio de 2025

Un revulsivo

Enrique Beltrán encadena ‘Patanics’, en Rodellar

El aragonés cierra un importante círculo que este encadenamiento, que le da fuerzas para seguir confiando en sus capacidades y para encontrarse consigo mismo más allá de la escalada

Enrique Beltrán en Patanics
Enrique Beltrán en 'Patanics'. Foto / Álvaro Lafuente
 

Enrique Beltrán ha repetido Patanics, en Rodellar. Esta línea se encuentra en el sector Ventanas y surge al combinar secciones de Pata Negra 8c y No Pain No Gain 9a+, saliendo por Botanics 8b/+. Son unos 60 metros de vía que en su día imaginó, entre otros, Dani Andrada, y a la que Jorge Díaz-Rullo de le puso el primer punto rojo en agosto de 2019. Jorge propuso entonces 9b, aunque a día de hoy la mayoría de repetidores se la anotan como 9a+. Para Beltrán, que suele ajustar mucho los grados de sus ascensiones, sería similar a No Pain No Gain, que ya había encadenado, así que el 9a encajaría mejor según su opinión.

«Soy un escalador que no busca números, simplemente empujar mi límite, ser la mejor versión de mí mismo. Para mí, es similar en dificultad a No Pain No Gain, aunque suma más resistencia corporal porque debes escalar más metros. Aún así, siendo honesto conmigo mismo, creo que 9a está bien», ha comentado el aragonés cuando le preguntamos sobre la dificultad de la línea. Teniendo en cuenta sus opiniones personales, Beltrán no habría superado todavía la barrera del 9a, a pesar de haber encadenado vías como las dos ya citadas, 9a+ para la mayoría, o también en Rodellar, Ali Hulk Extension Total sit start.

Enrique empezó a probar Patanics una vez dio por finalizada su temporada en Margalef. Dice que «en Semana Santa me fui a mi pueblo para desconectar, a ver a mis amigos y familia, salir de fiesta, … Entonces mi cabeza ya me pedía estar en Rodellar probando Patanics. La verdad es que avancé muy rápido y en la segunda semana de intentos ya caí arriba. Es cierto que ya conocía algunas partes de la vía y eso aceleró el proceso. Cuando me fui al Campeonto de España de Dificultad a trabajar como equipador me había caído ya a solo un movimiento. En total, han sido cinco semanas de intentos, incluyendo madrugones para probarla en las mejores condiciones. Tengo que agradecer a Ohiane y Javi levantarse a las 4 de la mañana para acompañarme al sector. La mitad del encadenamiento es suyo».

La escalada como medicina

Los últimos meses no han sido los mejores para Enrique Beltrán. Lo ha comentado en alguna ocasión a través de su perfil en Instagram, abriéndose a todos sus seguidores. La escalada ha ejercido un poder curativo sobre él, en su caso a nivel anímico.

«Mi padre enfermó de cáncer por segunda vez hace poco y estar lejos de mi madre y de mis hermanos ha sido difícil. Siempre he escuchado mi cuerpo y me pedía seguir escalando, estar motivado. Eso suponía estar lejos de los míos y que lo llevaran también más en soledad. Algo me hacía pensar que era una decisión egoísta, aunque realmente mi cuerpo me pedía estar en Rodellar, intentado empujar mis límites. Por suerte todo va bien y las cosas empiezan a rodar para adelante», ha explicado.

El futuro cercano

Los proyectos más inmediatos de Beltrán pasan por Rodellar, aunque sin presión: «No es el estilo que mejor se me da pero al tener la escuela tan cerca de casa, me he ido adaptando. Prefiero Margalef, donde he escalado bastante el pasado invierno y primavera, y donde planeo volver en octubre más en forma. Voy a volver a los entrenamientos planificados como cuando competía. Me voy a marcar objetivos en roca y de momento pasaré los fines de semana en Rodellar durante el verano».

En la escuela del Priorat es donde tiene una vía metida entre ceja y ceja y «por eso voy a estar entrenando durante cuatro meses. Primero me centraré de Gancho Perfecto de nuevo y también me gustaría mucho probar Stoking the Fire, en Santa Linya».

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