30 de abril de 2024
E9 Planet

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El Cap free

Barbara Zangerl y Lara Neumeier escalan en libre una conexión entre ‘Muir Blast’ y ‘El Corazón’, en Yosemite

La austriaca escala su sexta vía en libre en El Capitán mientras que para la alemana es la primera en este estilo en el lugar. Completan la ascensión tras seis largas jornadas en la pared

Lara Neumeier y Barbara Zangerl escaladoras
Lara Neumeier y Babsi Zangerl en El Capitán. Foto / Ian Dzilenski
 

Barbara Zangerl y Lara Neumeier han invertido seis días para escalar en libre una conexión entre Muir Blast y El Corazón, en El Capitán, en el Valle de Yosemite (California, USA). En total, han completado 35 largos con dificultades de hasta 5.13b (8a) y ambas han liderado todos los largos de 5.13. Para Zangerl este encadenamiento representa su sexta ascensión en libre en El Capitán, mientras que para Neumeir es la primera en este estilo en el lugar.

La cordada entró a la pared por Muir Blast para conectar posteriormente con El Corazón, «escalando varios largos de séptimo grado muy exigentes y uno de 8a. Todo en las diez primeros largos», ha comentado Babsi.

El relato de Barbara Zangerl

Día 1

La primera jornada no fue muy bien. Me hice daño en un dedo; el petate de la hamaca se atascó; a Lara se le cayó un pie de gato y un jumar; me resbalé en una sección de 5.12 y tuve que escalar el largo de nuevo, … De todos modos, ambas logramos escalar el largo de 5.13b (8a) en el primer intento para llegar a las repisas de Mammoth, donde pasamos la primera noche en las hamacas. Estábamos bastante cansadas, escalamos 11 largos.

Día 2

Subimos hasta Bird Beak, una sección de 5.13b en El Corazón. Primero desciframos los métodos y posteriormente ambas encadenamos el largo en el segundo intento. Yo había escalado esa parte previamente ya que también es parte de Magic Mushroom. En esta jornada escalamos seis largos.  Rapelamos directamente hasta las repisas Mammoth ledges y subimos todo hasta este punto de nuevo al día siguiente.

Lara Neumeier escalando El Corazón
Lara Neumeier en libre en uno de los largos de ‘El Corazón’.
Foto / Ian_Dzilenski

Día 3

Fue un día muy largo. Comenzamos a las 3 am transportando todo hasta Beak Flake. Las dos escalamos rápido durante la jornada pero aún teníamos por delante una larga y aterradora travesía frente a nosotras. ¡La pesadilla del petate! Esa travesía son 50 metros sobre rocas bastante sueltas. Escalarlo no supuso ningún problema pero el transporte fue una locura. Nuestro petate quedó atascado en una pequeña fisura. Tiré de la cuerda y Lara tiró desde el otro extremo. ¡Ni  se movía! Un par de segundos después nos dimos cuenta de que toda la fisura se estaba moviendo 20 cm lejos de la pared y casi se desprendía. Definitivamente fue el momento más aterrador e impactante de toda la escalada. Dejar caer un gran pedazo de roca en El Cap significa un gran riesgo para cualquier otro escalador bajo nosotras e incluso para los turistas que están en la base de la pared, así que necesitábamos encontrar una solución. Lara escaló hasta el petate, lo sacó de la fisura y luego intentó que no se desprendiera la fisura suelta. La fisura era demasiado pesada para levantarla, así que Lara movió la fisura de nuevo a su posición y nos pareció que estaba bien para seguir avanzando. Al final, afortunadamente, no dejamos caer ninguna roca.

Al final del tercer día llegamos a Bobby’s Bunny Slope pero no logramos superar el último tramo de 5.12d. Estábamos demasiado cansadas para escalar en libre bajo un sol abrasador. De todos modos, aún necesitábamos tiempo suficiente para instalar las hamacas. Durante ese día le dedicamos más tiempo a subir las cargas que escalar.

Día 4

Volvimos al largo de 12d que no habíamos encadenado el día anterior. Después de calentar, lo encadené con un método completamente diferente a la de Lara. Ella hizo un movimiento dinámico más bajo para cruzar hacia la fisura mientras que yo necesité una beta más técnica. Lara lideró la siguiente sección técnica de 12c. Encadenó el largo a vista, fue impresionante. Yo escalé el largo después y también lo encadené. Finalmente llegamos al enorme diedro. Sentíamos curiosidad por lo que nos esperaba allí. Sabíamos que iba a ser una sección difícil para nosotras.

Hubo un par de tramos más fáciles antes de enfrentarnos al verdadero desafío. Reconozco que aún me siento como una principiante en los offwidth. Me resultan intimidantes y siempre es extremadamente agotador luchar en este tipo de largos. No me quité el casco, lo cual fue lo más tonto que pude hacer en ese tramo. Pronto me quedé atascada con mi casco puesto, así que tuve que empujarlo hacia abajo con la mano que me quedaba libre e intenté quitármelo justo después de liberarme del atasco, todo eso tratando de no caer. Y funcionó. Fue uno de los a vista de los que me siento más orgullosa. Cuando me tocó asegurar a Lara sentí ganas de vomitar en la reunión de lo cansada que estaba.

La jornada de escalada acabó a la 1 am de la madrugada y aún teníamos que instalar las hamacas en una reunión muy incómoda. A pesar de esto, estábamos justo debajo de los últimos largos difíciles, así que valió la pena elegir ese lugar para nuestro nuevo hogar en la pared.

Barbara Zangerl escalando El Capitán
Barbara Zangerl en uno de los largos clave durante el sexto día en la pared. Foto / Miška Izakovičová

Día 5

Dormimos 3 horas y cuando nos despertamos nos sentíamos como si nos hubiera pasado un camión por encima. Revisamos brevemente el Coffee Corner, pero estábamos muy magulladas por las peleas del día anterior. Dimos por terminado el día y descansamos. Nos quedamos dormidas hasta que nos despertaron unos ruidos desde abajo. Se acercaba un cordada desde abajo, escalando rápido. Eran Sam Stroh y su amigo Will. El objetivo de Sam era liberar El Corazón en el día tras tres semanas trabajando la vía. Fue impresionante ver a Sam moviéndose por la pared. Fue como ver una película en nuestro día de descanso.

Día 6

El último día antes de la gran tormenta. Todavía nos quedaban 10 largos para llegar a la cima del Cap; un largo de 5.13b y tres de 5.13a que incluían algunos 5.12 complicados. En nuestro estado actual era difícil imaginar que pudiéramos escalar todas esas tiradas en el día. De todos modos, estábamos súper emocionadas por darlo todo en lo que sabíamos que sería nuestro último día en la pared.

Calentamos en el Coffee Corner, donde las dos tuvimos que pasar un tiempo para descifrar la secuencia. Después nos esperaba el enorme tramo del techo, que escalamos a vista. El sol brillaba y hacía calor. Acordamos esperar hasta que el sol se pusiera para contar con las condiciones adecuadas en las próximas secciones clave.

A las 3 am llegamos a la cima totalmente destruidas, temblando, pero al mismo tiempo felices por haber conseguido nuestro objetivo de escalar toda la vía en libre. Supongo que esta gran aventura permanecerá en nuestras memorias para siempre. Escribo este relato un día después de bajar del Cap y todavía no podemos tocar nada porque nuestros dedos y pies nos duelen mucho, pero estamos contentas por poder dormir en una cama normal, ducharnos y usar un inodoro normal, ¡ya no tenemos que hacer nuestras necesidades en unas bolsas de cremallera!

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