Paige Claassen no podía apuntarse al club del 9a femenino de mejor manera. Claassen ha conseguido la segunda ascensión de Algorithm 9a (5.14d), en The Fins (Idaho). Una vía con primera ascensión de Jonathan Siegrist en 2012 y que hasta ahora nadie había sido capaz de repetir.

Algorithm es una placa vertical de 40 metros, con presa muy pequeña y pies delicados y difíciles de descifrar. De ahí su nombre. Cuando Siegrist la encadenó comentó que se trataba de «una de las piezas de caliza ininterrumpidas más grandes que he visto en los Estados Unidos».

Classsen ha invertido un total de ocho días en descifrar el algoritmo, repartidos entre dos jornadas en mayo y seis más entre finales de agosto y principios de septiembre. La escalada en placa es una de las especialidades de la sudafricana: «Estaba muy cansada física y mentalmente cuando llegué a la cadena. Este es mi estilo de escalada favorito».

La progresión de Claassen en cuanto al grado se refiere ha sido muy lógica y progresiva. Antes de llegar Algorithm ya contaba con vías como Eye of Odin 8c+, en Flatanger (Noruega), o Just Do It 8c+, la mítica placa desplomada de Smith Rock (Oregon).

El 9a en clave femenina, dificultad consolidada

Desde que Josune Bereziartu encadenó el primer 9a femenio de la historia de la escalada, Bain de Sang, en Saint Loup (Suiza), en 2002, ha llovido mucho. Y aunque durante estos 16 años el 9a ha dejado de ser un grado poco frecuente para las mujeres escaladoras, ha sido en los últimos años cuando se ha consolidado definitivamente.

Janja Garnbret cerró el 2017 con su primer 9a, Selecció Natural, en Santa Linya. En lo que llevamos de 2018, seis escaladoras han tachado vías de 9a. Además de Classen, lo han hecho: Julia Chanourdie, por partida doble, con Molasse’son y La Cabane Au Canada; Manon Hily, con Era Vella; Barbara Zangerl, con Speed Intégrale;  Chaehyeon Seo con Bad Girls Club; y Katherine Choong, con La Cabane Au Canada.