Brittany Goris ha completado su segunda ascensión en libre en El Capitán con el encadenamiento de El Corazón 5.13b (8a). La norteamericana se estrenó en este estilo en la gran pared por excelencia del Valle de Yosemite en mayo de 2021, cuando escaló Salathé Wall 5.13b.
El Corazón es una de las vías mejor valoradas en Yosemite para escalar en libre en El Capitán. Tiene una longitud de 1.000 metros, que se dividen en 31 largos. La línea es una combinación de Salathé, Flight of the Albatross, Son of Heart y Heart Route ideada por Alex Huber y Max Reichel. Fue escalada por primera vez por esta cordada, en artificial y sin añadir ningún parabolt, aparte de los instalados en las reuniones, en 2001. Ese mismo año Huber firmó la primera en libre y propuso 8a para las secciones más difíciles de la vía. En 2007 llegó la segunda ascensión en libre, de la que se encargaron Tommy Caldwell y Beth Rodden. El año pasado otra mujer, Brette Harrington, también la escaló en libe.
Goris, que ha formado cordada con Harrison Teuber, ha explicado que la ascensión no ha sido tarea fácil. Las condiciones meteorológicas no les han acompañado, cometieron algunos errores a la hora de leer la vía, incluso provocando una caída de piedras, se quedaron cortos de provisiones en la pared y estuvieron a punto de abandonar el proyecto en múltiples ocasiones. En total han sido 13 días los que Goris y Teuber han pasado en la pared y la norteamericana ha confesado que no intentaba escalar una gran pared desde hacía 11 meses. A pesar de las inclemencias del tiempo y del resto de tribulaciones, Brittany ha podido salir triunfante a la cima de El Capitán.
Estas han sido son las primeras impresiones de Brittany Goris tras regresar a la parte baja del valle, dejando atrás la verticalidad del Corazón: «Jamás había vivido una aventura de tal nivel. Días tras día las cosas iban peor. La meteorología perfecta que preveían continuamente se convirtió en una serie de tormentas que mojaron tanto la pared como todo nuestro material. Estaba plagada de dudas mientras cometía errores constantemente y luchaba con las interminables horas que pasamos en la hamaca, húmeda generalmente. Nos habíamos preparado para unos mínimos obstáculos del tiempo y habíamos subido a la pared lo que necesitábamos para superarlos. Para lo que no estaba preparada realmente era para lo que iba a suponer para mí esta misión a nivel mental y emocional. Por suerte, cada vez que la pared podía conmigo Harrison estaba ahí para ayudarme, con infinita paciencia, fuerza y compasión».
Para acabar de resumir esta ascensión en libre tan trabajada y luchada, Brittany Goris ha recordado unas palabras de Ron Kauk, que «una vez dijo que la belleza de escalar una gran pared es que reduce tu existencia a las pocas cosas que realmente necesitas en tu vida: comida, agua, tus habilidades y alguien en quién confiar».