9 de diciembre de 2024

De nuevo en el Rätikon

Barbara Zangerl y Jacopo Larcher escalan ‘Seventh Direction’ (220m 8c)

Compañeros de cordada inseparables, en la pared y en la vida, Babsi y Jacopo firman otra remarcable ascensión en la cara este del Drusenfluh, en la parte austriaca del Rätikon

Babsi Zangerl escalando en el Rätikon
Barbara Zangerl en 'Seventh Direction', en el Rätikon. Foto / Col. Zangerl-Larcher
 

Barbara Zangerl y Jacopo Larcher han encadenado otra de las vías más exigentes del Rätikon (Austria). Hace unos días escalaron en libre The Gift (350m 8c) en la misma zona y ahora han repetido Seventh Direction (220m 8c).

Localizada en la cara este del Drusenfluh, la primera ascensión se la llevó Alex Luger, el mismo que firmó la primera de The Gift, en 2022. Tras la primera repetición de Nemuel Feurle a finales de agosto, Babsi y Jacopo han conseguido la segunda y tercera repetición.

Dice Zangerl que «Seventh Direction es una vía mantenida, con un largo de 8c, el más duro, y otro de 8a+ y recorre la parte más desplomada del macizo. Mientras probábamos The Gift veíamos habitualmente a Nemuel sufriendo grandes caídas en esta vía tan expuesta. Él invirtió dos días enteros a lo largo de dos veranos trabajando en la línea hasta que finalmente realizó la primera repetición hace poco».

Una cordada de casi tres

Antes de que la cordada formara equipo en la vía, «Jacopo había probado el primer largo duro un día con Nemuel. Poco después de tantear esa tirada tuvieron que bajar de la pared a causa de una fuerte tormenta. En el siguiente intento ya uní fuerzas con Jacopo», explica Babsi. También ha remarcado que «el trabajo previo de Nemuel en la vía nos benefició. Nos dejó las cuerdas fijas, la vía limpia y también con marcas visibles de magnesio. Tras tres días de trabajo decidimos realizar un intento de rotpunkt«. De este modo, Nemuel Feurle se acabó convirtiendo, en cierto modo, en un miembro más de la cordada.

El día del intento de encadenamiento «empezamos muy pronto», sigue relatando la escaladora austriaca, «debido a la alta probabilidad de tormentas durante la jornada. Escalamos los tres primeros largos con facilidad, pero el primero de los duros, en la parte desplomada de la pared, absorbió toda mi energía. No había calentado lo suficiente y casi ni pude acabar el largo. Descansé y volví a intentarlo, sintiéndome más convencida aunque todavía nerviosa. Luché en una sección a bloque complicada para acabar cayendo justo antes de la cadena. Jacopo me bajó de nuevo a la reunión anterior. 45 minutos más tardé volví a intentarlo y en esa ocasión llegué con éxito hasta la cadena».

El resto de la vía, incluido el largo más duro, el de 8c, la escalaron a contrarreloj, con el cielo cada vez más oscuro, amenazando tormenta. «Empecé a escalar el último largo, que había practicado mucho, pero las prisas me hicieron caer de nuevo justo antes de la cadena. Entonces sucedió un milagro, una pequeña ventana con un cielo azul se abrió ante nosotros, mientras las nubes se acumulaban bajo nuestros pies. Tenía una nueva oportunidad. Una hora más tarde escalé el largo sin caerme, llegando al final de la vía», comenta la austriaca.

Jacopo Larcher encadenó la vía dos días más tarde, sin ninguna caída, liderando todos los largos. «Fue un día perfecto, escalamos rápido, llegando al final alrededor de las 14:30h. El final perfecto para un gran verano, pasando muchos días en la parte austriaca del Rätikon», concluye Babsi.

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