Maiol Jorba repite ‘L’Eix del Mal’ (340m 8b), en la Cinglera dels Espluvins
Destacada ascensión en libre en una de las paredes de roca caliza más impresionantes de la comarca del Alt Urgell, en Catalunya. Jorba encadena 'L'Eix del Mal' en el día, escalando a vista los largos más duros
Maiol Jorba ha escalado en libre L’Eix del Mal (340m 8b), la vía más exigente de la Paret dels Sostres, en la Cinglera dels Espluvins (Alt Urgell, Catalunya). Para Jorba es su mejor realización en pared hasta la fecha, superando a su rotpunkt en Organyasme (230m 8a+), que firmó en junio de 2022.
Fueron Ekaitz Maiz y Faust Punsola quienes abrieron L’eix del Mal. Lo hicieron en noviembre de 2016. Un mes más tarde, Maiz volvió para realizar la primera ascensión en libre. La consiguió en su segunda tentativa, cuando por fin pudo pasar en libre por el largo de 8b. Ekaitz fue categórico al hablar sobre esta apertura y posterior encadenamiento: «Es una de las vías más impresionantes que he abierto y encadenado. Una sucesión de techos, travesías, longitud, dificultad y compromiso».
L’Eix del Mal se divide en nueve largos, con la máximas dificultades concentradas entre el cuarto y el sexto largo, siendo el quinto el más duro. Es la tirada clave, un 8b, aunque después todavía hay que afrontar un largo de 8a que flanquea un imponente techo, una de las formaciones rocosas que dan nombre a esta parte de la Cinglera dels Espluvins. Para escalar la vía es necesario llevar un juego de Alien (con los números medianos repetidos), un juego de friends, un juego de fisureros y 10 cintas exprés.
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«Me mentalicé y salí decidido de la reunión. Fluí en la escalada y en el último seguro del 8b fui consciente que podía encadenarlo»
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Maiol explica que su ascensión «fue algo muy orgánico, donde me sentí muy bien a nivel de rendimiento. Junto con mi compañero de cordada, Manu García, le entramos con mucho respeto a la vía, como en todas las ascensiones en pared. Nunca sabes qué te depara una escalada así. La intención inicial era subir para probar los largos cinco y seis, y volver otro día. Escalamos de forma alterna todas las tiradas anteriores hasta plantarnos bajo lo más difícil. Todo iba sobre ruedas, navegando por aquellos techos impresionantes, nos sentíamos muy ilusionados por estar allí. Me tocó el largo más difícil. Trazamos un plan con el compañero. Me mentalicé y salí decidido de la reunión. Fluí en la escalada y en el último seguro del 8b fui consciente que podía encadenarlo. Gestioné bien esa sección y llegué a la reunión victorioso. De repente cambiaron los planes. Tras celebrar esa pequeña victoria mi compañero de cordada me dejó seguir de primero en el resto de la vía, para consolidarla. El siguiente largo, un 8a, cruzaba dos techos de derecha a izquierda, en una escalada agónica por un diedro. Los siguientes largos, unas placas de autoprotección, los escalamos a la luz de la frontal. En el penúltimo, un 7a, me caí. Se me rompió una pequeña costra que cogía con la mano derecha. A pesar de todo, era un largo difícil de leer, quién sabe si lo hubiera encadenado a vista o no».
Leyendo el relato de Maiol Jorba sabemos que pudo escalar toda la vía a vista, excepto el penúltimo largo, que tuvo que repetir para firmar la liberación completa. El catalán llegó a esta vía en un estado de forma excelente. «Últimamente he estado muy enfocado en la escalada deportiva, después de pasarme todo el verano anterior escalando tapias en el Pirineo. Me había propuesto subir de grado y a finales de diciembre rompí mi barrera con la ascensión de American Hustle 8c, en Oliana», explica.
Además de las ascensiones de L’Eix del Mal y American Hustle, con las que Jorba se ha superado a nivel personal, él mismo destaca otras vías que ha escalado, como Pulp Fiction (350 A2+/7b, a vista), en Ordesa; León (260m 7c), al flash, en Roca Gran de Ferrús; o Chapuzas de la Evolución (315m A2/6a) en solitario y en el día, en la Pared de la Cascada, también en la Cinglera dels Espluvins.
A medio o largo plazo Maiol Jorba ya piensa en otros objetivos ambiciosos como Tarragó, en Montserrat, Piztu da Piztia, en Peña Montañesa, o Mentre Hi Hagi Llum, en Mont-rebei.