6 de junio de 2025

Documental indie

«Fanatismo en las cavernas», el underground de Baltzola

Dos horas de escalada en estado puro. Sin alardes técnicos ni florituras. Simplemente una comunidad enamorada de la Cueva de Baltzola y sus vías

 

Fanatismo en las cavernas es una película documental dirigida y realizada por Markel Garmendia. El film recoge las experiencias e impresiones de multitud de escaladores y escaladoras, la mayoría locales, que pasan largas horas en la Cueva de Baltzola (Bizkaia). Es su santuario.

Así introduce la película Garmendia:

«Se me hace difícil expresar lo que es esta película, ya que no estoy acostumbrado a ello, ni es una película cotidiana. Simplemente diría que es el fruto de nuestro día a día en el sector; risas y escalada.

Todo comenzó hace 4 años, cuando compré una cámara de 25 años de antigüedad, de segunda mano, en Wallapop. Mi presupuesto era de 50€. No funcionaba el visor y de vez en cuando grababa en blanco y negro.

La idea era grabar un par de pegues y subirlos a YouTube, pero se nos fue de las manos, ya que yo sentía que al vídeo le faltaba algo, la guinda del pastel. Cuando me di cuenta había grabado ya a diecisiete escaladores y escaladoras, y si eso seguía así, iba a ser más largo que la saga del Señor de los Anillos.

Aún siento que falta esa guinda… No sé… Como una entrevista a uno de los protagonistas, en la que desvele su secreto con la ayahuasca o algo así… Quién sabe si en la segunda parte de la película…

Mi visión era realizar una película en la que la gente se sintiera identificada con la comunidad escaladora de Baltzola, por lo que intenté reflejar la naturalidad de todo eso: caídas, encadenamientos, risas, vergüenzas, malos ratos, etc…

También fue importante enseñar vías de todos los grados, ya que la escalada no es todo 8a ni 9a, también existen otros grados. Aunque en la cueva hay gran diversidad de grados, hice lo que pude.

La participación de mujeres en la película es un aspecto que, sinceramente, no fue fácil. La presencia femenina terminó siendo muy limitada, y eso refleja una realidad que va mucho más allá de esta película: la baja visibilidad y participación de mujeres en ciertos entornos de escalada, especialmente en sectores de dificultad. Es una autocrítica necesaria y una asignatura pendiente.

Por último, ¿por qué las Cuevas de Baltzola? Sencillo, como Iker dice en la película, «si de algún sector puedo considerarme local, podría decirse que es de Baltzola».

La música es una parte importante de la película, tanto para mí como para muchos de los protagonistas. En Euskadi, cuna del rock radical vasco, la política siempre ha estado de por medio, siendo algo que se ve reflejado en la película. El euskera como lengua materna para muchos también tiene su importancia».