Después de tres intensas semanas centrado al cien por cien en la vía, Edu Marín ha conseguido liberar Arco Iris (200m 8c+), en El Plàtan, en la cara norte de Montserrat. La fecha del encadenamiento fue el 9 de octubre, pocos días antes de que su padre, Francisco «Novato» Marín, quien le ha acompañado en la parte final del proyecto, cumpliera 68 años.
Montserrat fue la escuela que vio crecer a Edu como escalador, el lugar donde dio sus primeros pasos en la vertical y donde encadenó su primer 7a, Ultrabox. A sus 35 años, Marín se ha convertido en un gran especialista en la escalada en libre de grandes paredes alrededor del mundo. Tras culminar Arco Iris ya tiene en mente nuevos proyectos…
Hablamos con él para conocer todos los detalles sobre el rotpunkt en Arco Iris.
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«El proceso ha sido largo aunque desde fuera solo se vea como un lapso de tiempo de un año y medio desde que me metí en Arco Iris»
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¿Cuándo empezaste a pensar en Arco Iris como un proyecto para escalar en libre?
La idea surgió cuando estaba trabajando en la liberación de Tarragó Plus, hace cuatro años, en 2016. Se podría considerar la hermana pequeña de Arco Iris. Transcurre por la parte interior del muro, a la derecha de Arco Iris. La calidad de la roca no es tan buena, está más descompuesta, y en cuanto a dificultad es un poco más fácil, 8c en la sección más dura.
Le pediste permiso a Armand Ballart para instalar algún parabolt en la vía e intentar liberarla. ¿Qué le pareció la idea?
Sí, le pedí permiso y le gustó la idea. Le intrigaba saber si sería posible escalar en libre una vía de estas características. Me comentó que había que «tenerlos cuadrados» para intentarlo, ¡jaja!
Empezaste a probar la vía el verano de 2019 y la liberación no ha llegado hasta ahora. ¿Por qué no te metiste en el proyecto tras encadenar Tarragó Plus?
Después de encadenar Tarragó Plus tenía otros proyectos en la cabeza. Y además, sinceramente, tenía mis dudas sobre si realmente sería posible liberar Arco Iris. Sabía que era un proyecto muy ambicioso. A mi regreso de China tras encadenar Valhalla y antes de volverme al mismo país y tachar The Clinic, decidí añadir los parabolts. Fue el primer paso para motivarme.
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«Cuando me di cuenta de la dificultad real para liberarla decidí tomármelo con calma»
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Arco Iris en libre incluye un largo final que es completamente nuevo. ¿Por qué decidiste añadirlo?
El último largo de la vía original es una travesía hacia la derecha que conecta con otra pared siguiendo unas cuerdas fijas. En mi opinión la vía debía seguir por el espolón, era una tirada lógica hasta la cima del Plàtan. Por ese motivo decidí equipar los últimos 20 metros, añadiendo un largo final de 8a+.
¿Qué tal el proceso hasta conseguir la liberación?
El proceso ha sido largo aunque desde fuera solo se vea como un lapso de tiempo de un año y medio desde que me metí en Arco Iris. El verano pasado ya pude liberar el tercer largo, un 8b+ que una vez controlado me servía para calentar en todos los intentos desde abajo. También empecé a probar el cuarto largo, el más duro de todos. Cuando me di cuenta de la dificultad real para liberarla decidí tomármelo con calma. La tenía cerca de casa y además en Montserrat, donde di mis primeros pasos como escalador. Quería disfrutar del proyecto y no tener presión alguna.
¿Cómo fueron los primeros intentos?
Me sentí bien desde el inicio aunque a nivel mental es una vía muy exigente. Tienes caídas potenciales de entre 10 y 15 metros y eso no solo asusta a quien escala sino también a quien te asegura. No ha sido fácil encontrar compañeros que me acompañaran… Esto es uno de los factores que han dificultado la liberación. Tengo que agradecer el apoyo a todos los que han estado conmigo en la pared en un momento u otro: Diego Marsella, Simón Padín, Miquel Mas, Chevy Crespo, Pau March, Omar De Feo, Gerard Benítez, Oriol Pasqual y mi hermano, Álex. También Esteban Lahoz, que ha estado ahí colgado haciendo fotos y grabando. Creo que no me dejo a nadie.
Y finalmente ha sido tu padre, Francisco «Novato» Marín, quien te ha acompañado en la parte final del proceso.
Sí, cuando empecé a sentir que la tenía cerca le pedí a mi padre que se sumara al proyecto. Necesitaba alguien plenamente comprometido a acompañarme todos los días. Durante las últimas tres semanas de ataques escalamos un día o dos y descansamos otro. En casi todos los intentos que he hecho desde que empecé a probarla el verano del año pasado he salido siempre desde el suelo. Ha sido una manera de conseguir la resistencia necesaria para poder encadenar la vía en el día. Durante la jornada del rotpunkt empezamos a escalar a mediodía y llegamos a la cima del Plàtan sobre las 18h. Unas 5 horas de escalada en total. Los últimos días fueron duros porque en la norte de Montserrat ya hacía bastante frío. A pesar de ello, la aproximación a la vía es corta y tiene un corte deportivo. Eso ha facilitado las cosas.
El cuatro largo es el hueso de la vía. ¿Cómo es?
Hay un primer techo para llegar a un bombo donde realmente empieza lo duro de Arco Iris. Los dos primeros primeros parabolts, en el techo, son de la Tarragó. En el bombo la dificultad empieza de golpe, con mucha intensidad. No hay prácticamente ningún punto del cuarto largo donde puedas reposar, es una sucesión constante de regletas y patatas sobre un desplome impresionante. No hay nada en Montserrat que se pueda comparar con esto. Normalmente la escalada en esta escuela es fina y técnica. Aquí la fuerza y la resistencia, con movimientos largos, son predominantes. Esto convierte a Arco Iris en una línea única y especial, una verdadera joya.
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«Ha sido una lucha mental. Saber que tienes que enfrentarte a un largo de 8c+ con tan solo cuatro parabolts en 25 metros y caídas potenciales de hasta 15 metros no es fácil»
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Has decidido dejar este largo en 8c+.
Sí. He tenido dudas y creo que es un 8c+ bien puesto, exigente. Me encuentro en un momento de forma muy bueno y a pesar de ello me costó mucho liberar eses largo. Sabía que cuando lo hiciera sería cuestión de días encadenar desde abajo, pero ha costado… Normalmente puedo hacer 8c+ en el día y en este caso no ha sido así.
¿La exposición de la vía quizás ha influido en este sentido?
Posiblemente. Ha sido una lucha mental. Saber que tienes que enfrentarte a un largo de 8c+ con tan solo cuatro parabolts en 25 metros y caídas potenciales de hasta 15 metros no es fácil. Te obliga a salir de la zona de confort y no todos los días estás al cien por cien para afrontar algo así. Por el contrario, eso le da a Arco Iris mi sello personal en su versión en libre. Evidentemente la vía tiene muchos buriles de la apertura en artificial, pero yo no los he utilizado. No creo que aguantaran una caída y además he querido respetar la apertura en este estilo para quien quiera seguir repitiéndola así.
¿Eres consciente que podría ser la vía de pared más dura de Europa y una de las más difíciles del mundo también?
Sí, hay pocas vías alrededor de esa dificultad en Europa y en el resto del mundo. Estoy muy feliz por haber establecido una ascensión así en casa y además de gran calidad. Veremos qué opinan los posibles repetidores.
¿Quién crees que puede ser un firme candidato para repetirla?
Me gustaría que la pudieran probar Dani Andrada y José Luis Palao «Primo». Es un estilo que se le da bien. También creo que Cédric Lachat sería un firme canditato. Seb Bouin podría ser otro. Y la cordada que forman Barbara Zangerl y Jacopo Larcher no dudo que tendría buenas opciones de hacerla.
En poco tiempo has conseguido liquidar dos grandes proyectos, Valhalla, en China, y Arco Iris, en Montserrat. ¿Dónde invertirás tus energías ahora?
Tengo algo en mente que aún no me puedo explicar, ¡jeje! De momento voy a dedicarme a escalar unas cuantas semanas por varias escuelas de Catalunya. Me apetece volver a mi esencia. Compartir pegues con los amigos y moverme de un muro a otro. En diciembre retomaré también un proyecto de deportiva, Stoking The Fire, en Santa Linya.