30 de octubre de 2024

Desde el bierzo

Deitxi Fernández: «La escalada es mi forma de vida»

Deitxi Fernández escalador
Deitxi Fernández visualizando movimientos. Foto / Carlos Padilla
 

David Fernández, más conocido como Deitxi, es natural Fabero del Bierzo (León) aunque vive en Madrid. En 2019 se apuntó alrededor de 35 problemas de boulder por encima del octavo grado y a lo largo de su carrera como escalador ha tachado problemas de esa dificultad en más de cinco países.

Es un gran apasionado del aperturismo y las primeras ascensiones, labor que compagina a la perfección como motor del route setting en Indoorwall Leganés. Deitxi está pasando el confinamiento en Fabero y ha aprovechado para seguir desarrollando allí una zona de boulder en la que ya ha invertido más de un año y medio de trabajo.

En esta zona, precisamente, durante los últimos días ha tachado problemas como Muxiven 8B/+, El Tubo 8A+ o La Nueva Normalidad 8A/+. Lo conocemos mejor en esta entrevista.

«Para mí es importante descubrir todas las joyas abiertas por los referentes en este mundillo»

¿Cómo fueron tus inicios en la escalada?

Comencé a escalar sobre 2005, cuando llevaba dos años en Madrid. Lo conocí por un colega de allí y empecé a practicarlo por la zona centro sobre todo, aunque pronto me empecé a mover bastante, tanto por la península como fuera de ella. Para mí es importante descubrir todas las joyas abiertas por los referentes en este mundillo.

¿Qué es para ti la escalada?

La escalada es mi forma de vida. No lo puedo decir de otra manera, es mi acción más cotidiana a día de hoy y desde que la descubrí. Lo primero que hago en el día es desayunar y luego escalar, ya sea entrenar, escalar en roca, enredar con cosas de publicidad para las marcas que me apoyan…  Para mí solo existe esta forma de ver el deporte, nunca lo he visto como un ocio ni lo veré. Cuando descubrí la escalada supe desde ese instante que era mi deporte, no solo porque me daba esa parte del entrenamiento, sino que también formaba al 100% parte de mi vida. Todo en ella gira entorno a la escalada. Ya de pequeño me tomaba el deporte así.

Deitxi Fernández en La Cuerda Direct 8A+
Deitxi Fernández en ‘La Cuerda Direct’ 8A, en Tamajón. Foto / Col. Deitxi Fernández

¿Recuerdas algún encadenamiento con especial cariño?

Creo que en estos últimos tres años tengo encadenamientos mucho más duros que hace ocho años o así, pero menos satisfactorios, porque mi nivel mental está mucho más alto y los consigo, por así decirlo, con menos esfuerzo y sabiendo lo que tengo que hacer en cada momento. Por ese motivo, hay encadenamientos que no los disfruto tanto como algunos que conseguí hace años cuando estaba mentalmente menos trabajado y los objetivos se atascaban más en el tiempo hasta conseguirlos.

Para recordar, uno especialmente en 2012, en Rocklands. Antes de ir a Rocklands, yo llevaba desde España en la cabeza un bloque de Fred Nicole que se llama Shosholoza. Es un bloque muy mítico y de referencia a nivel mundial. Quería hacer ese bloque, independientemente de la dificultad, que estaba dentro de mis posibilidades, por la línea, su estética y su referencia. Hicimos ese viaje a Sudáfrica entres otros: Javi Meng, de Cantabria; Carlos Álvarez, de Madrid, y yo. Creo recordar que el segundo día que llegamos allí fuimos directos a ese sector, y después de calentar en Pinotage fuimos directamente a probar Shosholoza. Era un bloque que me podía ir bien por mi estilo y en ese momento se veía con más respeto que ahora, pero yo solo pensaba en hacerlo y así fue. En tres días pude encadenarlo. Es muy mítico y ha sido uno de los encadenamientos que más me ha gustado por todo lo que tiene el bloque: el lugar, la línea, el aperturista, …

Otro de esas ascensiones que recuerdo es un bloque en Campisábalos, Hedonismo sit. Fue uno de esos bloques que se me atascó mentalmente. Estuve durante seis meses dándole pegues, como una rutina, hasta que un día decidí abandonarlo. Pasó un año y volvimos a la zona a probar otros bloques. Le dije al colega: «Venga, voy a darle unos pegues». Y de repente salí por arriba. ¡Se me cayó una lágrima! Ese bloque lo recuerdo porque fue un punto de inflexión, fue un análisis importante de que esto es un juego y el día que sea va a ser. No tienes que presionarte ni nada. Tienes que fluir, mucho trabajo está en la cabeza, porque puedes apretar muy fuerte pero no flotas. Yo ahora estoy mucho menos fuerte físicamente que hace años, pero hago bloques el triple de duros y en mucha más cantidad porque la cabeza funciona.

«Ahora es más normal ser escalador y se está adquiriendo mucha más profesionalidad»

Después de tantos años de escalada ¿en qué has notado una evolución?

Lo he notado sobre todo en que cada vez escala y conoce este deporte mucha más gente. Creo que es un deporte muy moderno si lo comparas con el atletismo, por ejemplo, pero he notado que ha crecido mucho en lo últimos cinco años. Ahora se empieza a dar valor a las cosas. Lo he visto incluso en las familias que ya entienden lo que haces. Antes era más desconocido, en cambio ahora es más normal ser escalador y se está adquiriendo mucha más profesionalidad.

¿Cómo ves a las nuevas generaciones?

Resumiendo, y a grandes rasgos, creo que está saliendo mucha gente mayormente centrada en el deporte y en los gimnasios, y poca gente de la old school, gente que escala porque le gusta el medio natural o que le gusta el deporte como forma de vida, y sin querer vas subiendo el nivel porque lo vas practicando por el mero hecho de una diversión constante.

Está saliendo gente de rocódromos con la única intención de mejorar y mejorar, así que  considero que las nuevas generaciones no vienen pisando tan fuerte. Vienen confundidas en muchos aspectos y vienen fuertes solo una minoría en relación a las generaciones pasadas, habría que puntualizar. Es muy importante que salga gente con educación ambiental, pero ese es el problema, que no enseñamos que las zonas hay que dejarlas limpias, hay que abrirlas para poder escalarlas… Se les enseña a entrenar y hacer una dificultad. 

Como aperturista, ¿cuáles son tus líneas favoritas

Me gusta abrir bloques en cualquier sitio a donde voy. De hecho, en un viaje a Marruecos abrimos un sector de unos 60 bloques con varios colegas. Quizás nadie va en mucho tiempo, pero ahí está. Hay tres o cuatro zonas en España de las que he sido uno de los principales impulsores. Una es Campisábalos, otra Alcolea del Pinar, otra Castillo de Bayuela  y luego una en León, en el valle de Babia, que está entre León y Asturias. En esta última, la suerte es que me lo he encontrado yo todo debido a la cercanía con mi pueblo natal.

Para mí, las mejores líneas que he abierto están en Alcolea. Son líneas muy estéticas y futuristas. Una de las mejores es Hidrofix 8B. Ese muro y esas líneas son puro boulder, de cuatro o cinco movimientos como mucho. En Campisábalos también hay líneas muy puras en todo el muro central. Pero destacaría Hidrofix como mi mejor apertura y ascensión hasta la fecha. También todo lo último de la zona de León es increíble. Roca brutal, líneas muy buenas y distintas entre sí, dificultad elevada y paraje inmejorable.

«El 9A se ha visto como posible y creo que con los métodos de entrenamiento actuales y la evolución que está teniendo la escalada, seguirá subiendo»

¿Por qué hay tanta diferencia de grados entre escuela y escuela?

Creo que cada escuela genera su propio grado y cada país también. Cada roca es diferente y cada sitio tiene un estilo de escalada. Lo que sí es cierto es que cuando graduamos algo debemos que tener cuidado. El consenso tiene que ser dentro de la misma escuela, comparándolo con lo que hemos escalado en otras ocasiones, y no en relación a lo que tardes en hacer un bloque o una vía. No se puede graduar por intentos, si tú lo haces en 20 intentos y otro lo hace al flash, quiere decir que ese escalador está más fuerte, no que el bloque sea más o menos duro.

¿Cuál es tu opinión sobre la posibilidad del 9A en boulder?

La posibilidad es real porque Nalle Hukkataival, con un propuesta muy firme en Finlandia, tiene mucho recorrido. Estoy totalmente seguro de que ese bloque es 9A. Lo han probado algunos escaladores muy fuertes y con referencias y aún está sin repetir. El 9A se ha visto como posible y creo que con los métodos de entrenamiento actuales y la evolución que está teniendo la escalada, seguirá subiendo. No sé cuánto, porque cada vez cuesta más, estamos cada vez llegando a límites más ajustados. En cinco años creo que habrá más propuestas y repeticiones. Esto es bueno para la escalda.

¿Qué opinas sobre los conflictos con los terrenos de Hoya Moros?

Es un poco complicado. A mí me encanta Hoya Moros y es una pena si no se resuelve para bien. Creo que lo debería coger la Junta y permitir la escalada con restricciones. He estado allí cuando la zona no era tan popular y estaba increíblemente limpio. Posteriormente me lo he encontrado peor. Que sea de los escaladores va a ser un poco más complicado porque de quién va a ser más ¿tuyo o mío? Puede producirse una pelea de egos y perjudicial para el entorno. Ya se ha visto que la educación de la gente es muy diferente y no todo el mundo tiene conciencia ambiental. Que Hoya Moros sea de los escaladores igual no es bueno, pero sí que podría ser una opción que lo gestione una asamblea de escaladores más locales de la zona y así midan la normas básicas del uso.

¿Qué te parece la inclusión de la escalada como deporte olímpico? 

Que un deporte se haga olímpico es bueno para todos. Para el deportista, las marcas, los rocódromos, puestos de trabajo, etc. Si lo miras desde ese punto de vista es bueno. Que hay una rama de gente que opina que la escalada es un deporte de calle, de práctica en la naturaleza y sin relacionarse con las federaciones, me parece respetable, pero no es incompatible con su lado más deportivo. Todo eso no excluye que al ser olímpico crezca mucho más y todos salgamos beneficiados. Puedes ser un escalador de roca y no apoyar o practicar la escalada de competición, pero por eso no debes pronunciarte para decir que no es escalada. Simplemente es una rama diferente del mismo deporte. Para gustos colores, tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y respetar y apoyar a los demás.

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Aparte de ser un apasionado de la roca ¿qué es lo que te gusta hacer en tu trabajo en el rocódromo?

Soy el responsable del equipamiento en el rocódromo Indoorwall Leganés y también profesor de escalada. Lo que más me gusta de mi trabajo, seguramente, es equipar ¡jaja! Para mí equipar es el comienzo del proceso para poder escalar, tanto en rocódromo como en roca. Es increíble levantarse a las 6 de la mañana para equipar.

Como entrenador ¿qué intentas transmitir a tus alumnos?

Suena muy tópico pero lo primero, divertirse. Si algo no te motiva busca otra cosa. Lo principal es divertirse. Luego ya entramos en la segunda fase, y es que si quieres algo tienes que ir a por ello lo acabes consiguiendo o no, lo importante es el día a día. En esta fase es muy importante marcarse unos objetivos a corto plazo, a medio plazo y a largo plazo. Son importantes los objetivos a corto plazo porque te mantienen motivado. Necesitas segregar endorfinas para verte recompensado. Para entendernos bien… Si alguien quiere hacer 9a tiene que hacer con mucha frecuencia 8b para mantenerse motivado y a la vez entrenar para el 9a. El a medio plazo es una preparación y una dosis de motivación para el objetivo a largo plazo. Eso sí, debemos entender rápidamente que el objetivo a largo plazo puede no llegar a realizarse nunca, por eso el día a día y el medio plazo son lo más importante.

¿Consideras la escalada en roca y la escalada de competición como deportes diferenciados?

Los considero diferentes dentro del mismo deporte porque son diferentes entrenamientos y diferentes formas de vivirlos, aunque comparten un alto porcentaje de usos. En la escalada de competición el entrenamiento tiene mucha más carga y entrenas para un día en concreto. En la roca los entrenamientos son más dirigidos a movimientos puntuales y con menos cargas, donde buscas un rendimiento diario. ¿Se puede compatibilizar competición con roca? Sí, pero es difícil escalar a un nivel muy alto en ambas disciplinas. Yo me quedo con la forma de vivir entorno a la roca y el equipamiento para las competiciones.