Dave Graham y Alizée Dufraisse están instalados en Suiza desde el pasado mes de octubre para aprovechar la temporada de boulder en zonas como Ticino o Brione. Desde que llegaron han tachado varias líneas duras. Graham, por ejemplo, se ha apuntado Roadkill 8C, en Sonlerto, y Dufraisse Versace 8B, en Brione.
El norteamericano ha podido recuperar así algunos problemas que tenía pendientes y ha dado a conocer un proyecto que podría alcanzar el 9A o más, en Ticino. Así lo explica Dave: «Hay un bloque que ha permanecido fuera de todas las miradas hasta ahora. Son dos líneas que cuentan con un inicio en común y que después tienen salidas por la izquierda o derecha. Nunca había estado muy seguro acerca de su dificultad. Siempre los había probado solo y nunca de forma completa, incluso no estaban limpios del todo. Las dos líneas son de fuerza y resistencia, con 10 metros de longitud aproximadamente. Parecen simples a primera vista pero cuando te metes ahí te das cuenta de lo que llega a desplomar y de lo malos que son los pies. Los agarres son relativamente buenos pero están orientados de forma extraña, creando unos puzles difíciles de resolver».
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Dave Graham: «Encadenar todos los pasos es bastante salvaje pero es posible. Estoy motivado para invertir más esfuerzos en los dos proyectos durante los próximos meses y limpiar bien las dos salidas»
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Esta temporada Graham ha tenido la oportunidad de probar por primera vez estos dos proyectos con alguien más. Le han acompañado Shawn Raboutou y Will Bosi en algunas sesiones y dice que «las soluciones para los movimientos son muy modernas y originales y en mi última visita solo los pude imaginar en la teoría. Con Shawn y Will acabamos experimentando con lo que podría ser la salida por la derecha. Los movimientos son difíciles de forma constante, con dos pasos de 8C, luego 12 de 8C+, a lo que sigue una salida de 8B, y todo sin reposos. Los tres asumimos que el grado sería algo más duro que 9A, lo que me hace explotar la cabeza ya que siempre pensé que la dificultad podría ser similar a otras líneas que había probado en un ahora lejano año 2005 y pensaba que podría resolverse en la actualidad teniendo en cuenta el nivel que se ha alcanzado en el boulder».
Los tres escaladores han conseguido encontrar los métodos para resolver todos los movimientos y Graham reconoce que «encadenar todos los pasos es bastante salvaje pero es posible. Estoy motivado para invertir más esfuerzos en los dos proyectos durante los próximos meses y limpiar bien las dos salidas. Hay algo realmente inspirador cuando pruebas líneas futuristas. Los factores desconocidos crean espacios para ser explorados; son un lugar para expresarte, sin juzgar ni comparar, inventando soluciones y experimentando el arte y la innovación que ofrece este juego. Es realmente liberador».