Enrique Beltrán ha encadenado Gancho Perfecto 9a+, en Margalef. Y esta vez sí, ¡es su primer 9a+! Así se lo ha anotado y por fin ha sentido que alcanzaba de verdad ese dificultad. Con No Pain No Gain y Patanics, localizadas en Rodellar y consideradas por la mayoría como 9a+, para Beltrán no superaban el 9a y ese es el grado con el que las dejó en su libreta. Pero esta vez ha sido diferente.

«Los primeros pegues de este año en Gancho Perfecto fueron en febrero, justo cuando encadené Víctimas Pérez. En marzo, hizo muy mal tiempo y un mes más tarde, en abril, cuando me sentía preparado para encadenar el proyecto, le diagnosticaron el tercer cáncer a mi padre. No pude ir a la vía todo lo que me hubiera gustado, pero a pesar de todo, el último día de la temporada la tuve muy cerca. Tras eso fui a por Patanics, mientras lo combinaba con los entrenamientos. Desde que competía nunca había vuelto a entrenar tanto; quería sentirme listo para no fallar en esta ocasión. El otoño empezó bien, enseguida di buenos pegues y estaba otra vez arriba, pero en este muro siempre pasan cosas. Días malos en que el cuerpo no funciona y no encuentras explicación; días de muy mala condición; días de abrirte la piel y no poder escalar dos semanas seguidas, … Encadenar en el Racó de la Finestra para mí tiene doble mérito», ha explicado el turolense.

También destaca que «la energía en el sector ha sido increíble. Varios compañeros han estado ahí siempre, animándome y también motivados con sus proyectos. El día del encadenamiento ha sido perfecto. Mi piel, la condición y sobre todo mi cabeza. Me sentía preparado para conseguirlo. Como digo siempre, la suerte no existe, simplemente se juntan la preparación con la oportunidad».

 

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