Carlos Logroño «Citro» se hizo con la primera ascensión de la vía de escalada tradicional La Fuerza de la Gravedad 8b+, en Vadiello (Huesca), en septiembre de 2017. «Citro» confesó que había probado mucho la vía antes de ponerle el punto rojo. Después de encadenarla nos explicó: «Al principio vas y no entiendes nada. La roca no es buena del todo y hay que tener claro donde colocar los seguros y donde puedes caerte y donde no. Es una escalada completamente diferente a todo lo que había hecho hasta ahora. Psicológicamente ha sido duro».
Una vez liberada, había que poner grado a esa magnífica fisura de Vadiello, que según «Citro» se encuentra en un rincón que «es como un pequeño Indian Creek». El aragonés no lo tenía muy claro. «¡Es dura y ya está!», comentó inicialmente, aunque con posterioridad opinó que rondaría el 8b+.
La Fuerza de la Gravedad se escala prácticamente toda en autoprotección. Tan solo existen tres seguros fijos y en el resto de la vía solo hay dos clavos.
Hannes Puman y Tom Randall, segunda y tercera ascensión
Poco después de que «Citro» encadenara la vía, Talo Martín invitó a su amigo Tom Randall, un gran especialista en fisuras, para que probara la vía. La casualidad quiso que cuando Randall viajó a España para probar la línea, a principios de 2018, coincidiera en casa de Martín con el joven escalador de competición Hannes Puman.
Puman nunca había escalado fisuras, de hecho su especialidad es el boulder, donde se mueve fácilmente entre el 8A y el 8B, pero el proyecto de Randall le motivó.
El vídeo que ahora publica Talo Martín relata la historia de Hannes Puman y Tom Randall en su camino por conseguir la segunda y tercera ascensión, respectivamente, del espectacular techo fisurado de La Fuerza de la Gravedad.