Escalar en solo integral es una práctica que requiere de un alto nivel de capacidades tanto técnicas, físicas como mentales, y quiero dejar claro que no estoy ni a favor ni en contra. Este tipo de prácticas, que conllevan el riesgo de muerte, siempre han tenido detractores y seguidores. El ser humano se caracteriza por la búsqueda de la superación de sus habilidades, ya sean técnicas, físicas y mentales. Hay muchos deportes que tienen el componente del riesgo de muerte, por ejemplo, un piloto de automovilismo de competición coge una velocidad tal que un pequeño fallo puede sacarle de la carretera y costarle la vida.
La escalada en solo integral no es asumible por todas las personas, pero tampoco pienso que sea cuestionable, porque cada persona tiende a juzgar desde su óptica, desde su percepción particular en base a sus creencias y experiencias sobre la práctica que juzga.
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No tiene sentido ponernos a juzgar lo que para otro es su fuente de energía, su pasión y su fuente de desarrollo, solo porque lo que hace no es capaz de hacerlo la mayoría
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El miedo pone en marcha un juego que se da entre la percepción de riesgo y la percepción de capacidad que tiene una persona en un momento dado. El escalador que afronta una vía en solo integral con éxito tiene una percepción de capacidad que supera su percepción del riesgo (o la iguala si está escalando a su límite). Cuando hay equilibrio entre estas dos percepciones el escalador puede concentrarse al máximo nivel y sacar todo el potencial físico y técnico que ha adquirido en su experiencia para superar el reto.
Alex Honnold distingue entre “consecuencias y riesgo” (…) “siempre llamo riesgo a la posibilidad de caerse realmente. La consecuencia es lo que sucede si te caes. Por eso trato de hacer que mis solos sean de bajo riesgo, en el sentido que es poco probable que me caiga, aunque las consecuencias, si lo hiciera, serían realmente serias” (Honnold y Roberts, 2015; pág. 14)
Lo que está confirmando Honnold es una ley básica que se produce en todo propósito: cuando vas a la acción desde la certeza, esta acción llega al logro, cuando vas desde la duda, la necesidad o el deseo de logro, aumentan enormemente las posibilidades de fracaso.
Por eso, creo que Alex Honnold tiene buen criterio para elegir las vías que hace, ajustando el riesgo a su capacidad. No todo el mundo tiene este buen criterio, la mente nos engaña muchas veces bien sea sobreestimando nuestras capacidades o bien sea subestimándonos. Se requiere mucha humildad y autoconocimiento para tener claridad en estas decisiones. Otra cualidad de su carácter que también ha desarrollado este escalador.
Sobre el miedo, Alex Honnold también dice en su libro:
“…el peligro me asusta. Pero como he dicho centenares de veces a gente que me ha preguntado, si tengo algún don es la habilidad de mantener la calma en lugares que no dejan margen al error. De alguna manera, sé en situaciones de este tipo cómo respirar profundamente, calmarme y seguir con lo que tengo entre manos” (Honnold y Roberts, 2015, pág. 167).
Lo que está diciendo Honnold es que el riesgo de caer y morir le ayuda a escalar más concentrado y entregarse completamente a la escalada. Él ha desarrollado un condicionamiento positivo con este tipo de escalada.
¿Qué es un condicionamiento?
Un condicionamiento es un patrón de respuesta automático que implica un determinado tipo de emociones, pensamientos y creencias en relación a una situación o experiencia. Los condicionamientos se crean de forma inconsciente, por neuroasociación, es decir que se generan al asociar una experiencia con unas creencias, sentimientos y pensamientos determinados. Pueden ser positivos o negativos en función de si nos potencian (en este caso activan emociones positivas y creencias de éxito) o nos limitan (en este caso activan emociones negativas y creencias de fracaso).
Una vez el condicionamiento se ha instaurado en nuestra mente tiende a repetirse, esto es a aparecer de forma automática en nuestra vida de forma inconsciente.
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Cada vez que Alex Honnold afronta una escalada en solo integral, que le exige, activa sus condicionamientos positivos, los cuales hacen que su mente y cuerpo se llenen de creencias de éxito, pensamientos y emociones positivas, que optimizan su nivel de rendimiento (activa ese don, que él dice que tiene, que le hace mantener la calma en situaciones críticas)
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Pero su éxito no se basa solo en esto, ya que seguramente tiene una capacidad de aceptación del sufrimiento muy alta, que le permite superar sus límites. Todos sabemos que hay muchos momentos en una vía que te exigen tanto que estás al borde del fallo muscular, del fallo técnico, del fallo de tu mente, y antes de que se produzca el fallo la presión mental para abandonar ese sufrimiento es muy alta. En una escalada protegida con cuerda, puedes ir a tu máximo y caer escalando, pero en un solo integral te juegas la vida, y he aquí otra cualidad mental que ha desarrollado Honnold: la aceptación del sacrificio o sufrimiento para seguir adelante y optimizar sus recursos cuando están al límite.
En un artículo de la revista Nautillus escribieron sobre las pruebas neurocientíficas que hicieron a Alex Honnold para estudiar su cerebro. Querían saber si sentía miedo, y para ello estudiaron la respuesta de su amígdala, la parte de nuestro cerebro que encarga de proporcionar respuestas de miedo ante situaciones percibidas como peligrosas. Comprobaron que la respuesta de la amígdala de Honnold era con mucha diferencia inferior a la respuesta de la mayoría. También comprobaron que la respuesta de secreción de dopamina, que se produce ante situaciones de recompensa, era muy inferior a la mayoría.
Estos hechos lo que demuestran es que el cerebro de Honnold se ha reconfigurado fruto de la experiencia continua a lo largo de años de práctica de escalada en solo integral.
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El cerebro es plástico y puede modificarse mediante la experiencia, esto es un hecho científico. Honnold no nació así, se hizo en base a su experiencia a través de un entrenamiento no sólo físico y técnico sino también mental gracias a los condicionamientos positivos que ha generado en su experiencia como escalador en libre.
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Por otro lado, creo que el escalador en solo integral cuando va la acción, de alguna manera tiene aceptada la muerte. Tenerlo aceptado quiere decir que es un tema que no ocupa espacio en su mente, lo cual no quiere decir que la busque o la desee, sino que acepta las consecuencias. Es desde esa aceptación previa (ojo! no puede ser un “deseo de aceptación” sino una “aceptación verdadera”) puede enfocarse a escalar con el estado mental óptimo que se necesita para realizar con éxito la actividad.
¿Por qué no todo el mundo puede lograr escalar en solo integral con la calma y el disfrute de la que habla Honnold?
Porque el miedo a hacernos daño, a la muerte es en sí mismo un condicionamiento negativo muy potente que nos mantiene en supervivencia como especie humana, y generar un condicionamiento positivo que lo contrarreste no es fácil, y por tanto no es habitual.
Termino diciendo de nuevo que no estoy ni a favor ni en contra de esta práctica, me parece carente de sentido establecer un juicio sobre ello, creo que cada cual es libre de experimentar y es responsable de ello. No animo a nadie a probar el solo integral, pero tampoco voy a convencer a nadie de lo contrario. He tenido clientes que lo practican y he trabajado y trabajo con ellos, respetando sus objetivos y propósitos como escaladores, facilitándoles las herramientas que puedan ayudarles a superar sus bloqueos y a conocerse más profundamente.