Jorge Díaz-Rullo lleva unos cuantos días escalando en la Cova Gran, en Santa Linya. Este es el primer destino que ha escogido después de dar por concluida su temporada en el Racó de la Finestra, en Margalef.

Haciendo referencia a Café Colombia, su gran proyecto en la escuela del Priorat, Jorge comentaba la semana pasada: «He cerrado mi batalla con esta vía, por ahora. Sé que las derrotas son parte del proceso y creo que he luchado hasta donde he podido. Aún así, me siento enfadado y decepcionado. Ha sido una temporada muy larga, con bastantes días de buenas condiciones. Tuve la vía más cerca que nunca pero no la encadené. Una vez más me he dado cuenta de que el rendimiento físico no lo es todo y que la parte mental juega un papel muy importante. Llevo tres temporadas y 120 días con este proyecto. Jamás pensé que encontraría un reto tan complicado y que me llevaría hasta el límite en muchos aspectos».

La Fabelita 8c a vista

Jorge se ha quitado el sabor amargo que le había dejado marcharse de Margalef sin Café Colombia con dos encadenamientos a vista en Santa Linya. Uno ha sido el de Rollito Sharma 8b+ y el otro el de La Fabelita 8c.

El madrileño no encadenaba un 8c a vista desde septiembre de 2020, cuando consiguió en este estilo White Zombie, en Baltzola. Ese mismo año, dos meses antes, también encadenó a vista Pengim Penjam, en Sant Miquel del Fai. Con La Fabelita, por tanto, ya son tres las vías de 8c que Díaz-Rullo encadena al primer intento y sin contar con información previa de las líneas.

En lo que llevamos de año, además de Rollito Sharma y Fabelita, ha sumado un buen puñado de vías de 8b+ a vista: El Koala extension, en Santa Linya, y Pa Tu Puta Madre, Fill de Caín y Los Últimos Días del Edén, en Margalef.