Iván Germán sale a la montaña desde los 16 años. Ha practicado deportes de nieve, aguas bravas, escalada en hielo, … y escalada deportiva. Después de perder la pierna izquierda con 23 años en un accidente de tráfico, se centró en esta última modalidad. «La escalada deportiva es un deporte muy accesible, en el sentido de las aproximaciones y demás», comenta Germán.
Ahora, con 45 años, ha conseguido llegar donde nadie más lo había hecho en el mundo de la paraescalada en España, encadenando Excusómetro, un 8b de la Cueva de Segovia.
Hablamos con Iván, amputado de una pierna por encima de la rodilla, para que nos explique de primera mano cómo ha vivido ese largo y exigente camino hasta llegar a una cadena que significa mucho más que un simple rotpunkt.
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«Para mí es importante por la relación que tiene con el mundo de la discapacidad«
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¿Qué ha significado para ti llegar al 8b?
Tiene un sentido más allá del logro personal que supone llegar a un grado. Y mucha gente puede decir que no le importa el grado, a mi sí me importa. Pero por encima del encadenamiento, para mí es importante por la relación que tiene con el mundo de la discapacidad. Más allá de la escalada, esto es una gran hazaña para la discapacidad, eso creo que es lo más importante. Es bueno que la gente sepa que hay personas con una discapacidad física o motora capaces de disfrutar de la montaña, de la escalada, igual que cualquier otro. La escalada es para todos.
Entonces, tu encadenamiento es mucho más que un número y una letra.
Junto con los compañeros del equipo de competición de paraescalada, con Urko Carmona como figura más visible, nuestra misión es dar a conocer esta modalidad de escalada. Hay que romper barreras. Con Urko siempre hemos tenido claro que una manera de empujar nuestro universo y darlo a conocer sería a través del grado. Había que llegar al 8b. Aunque nos falte una pierna o un brazo podemos gozar igual que cualquier otro escalador.
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«Empecé a competir para que la gente se enterara que existíamos«
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¿Si no hubiera llegado el 8b con Excusómetro casi nadie se fijaría en la paraescalada fuera de los círculos habituales de la escalada?
Está claro. Y quizás ni así. Por otra parte, yo empecé a competir para que la gente se enterara que existíamos. Ahora estoy muy fanático con la competición, no lo habría imaginado nunca. Urko siempre me había insistido en que me metiera en el mundillo de las compes. Y aunque no cambie un día de roca por nada del mundo, gracias a la paraescalada de competición hemos llegado a los medios de comunicación.
¿Te veremos competir este año a nivel internacional?
Mi objetivo para este año es participar en el campeonato del mundo en Innsbruck, en septiembre, donde quiero hacerlo lo mejor posible. El otro objetivo ya está cumplido. Era encadenar un 8b.
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«Cuando vi que podía sacar los pasos duros sentí que era posible encadenarla«
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¿Háblanos un poco de Excusómetro?
La vía está en un sector que llamamos la Cueva de Segovia. En realidad no es una cueva, sino un desplome con un gran techo. Parece que esté hecho mi estilo de escalada. Allí siempre hay una forma de resolver los pasos duros, a diferencia de otras escuelas donde puede ser más complicado. Me gusta mucho escalar desplomes y techos y en este sector se conjugan los dos. Excusómetro se adapta mucho al tipo de escalada en el que estoy fuerte. Cuando vi que podía sacar los pasos duros sentí que era posible encadenarla, pero tenía que ponerme mucho más fuerte de lo que estaba.
¿Cambia mucho tu método en Excusómetro respecto al de un escalador que pueda utilizar las dos piernas?
La mayoría de los movimientos son diferentes para mí. Hay un paso que me ha costado muchos meses de entrenamiento. Es justo el paso del bloque final saliendo hacia la reunión. Ese movimiento cambia un mundo si te falta una pierna. Allí tenía que salir de un monodedo y un invertido. El invertido lo haces bueno cuando tienes una pierna empujando hacia abajo y eso te deja poder mover la otra pierna, pero si solo tienes una, o empujas o la mueves, no puedes hacer las dos cosas a la vez.
¿Qué ha significado esa dificultad en la última sección?
Me ha obligado a entrenar como un loco. He hecho TRX, pesas, dominadas invertidas, etc. Todo para entrenar el bíceps y poder realizar un único movimiento. Han sido meses y meses de entrenamiento.
¿Has realizado muchos intentos?
Le habré dado unos 40 pegues, más o menos.
¿Ha sido complicado mantener la motivación?
Como siempre sucede cuando te embarcas en un proyecto, van ocurriendo cosas en el camino. Se rompió un canto en la vía y dejé de probarla una temporada; el frío y la nieve del pasado invierno lo pusieron difícil; el trabajo, etc… Pero llegó un momento en que sabía que iba encadenar. El problema es que no tenía claro cuando, si en cuatro días, en cuatro meses o en cuatro años. Pero yo soy de proyectos, me encanta afrontarlos.
Volviendo al entrenamiento, ¿has contado con la ayuda de alguien?
Me ha ayudado mucho formar parte del equipo de deportistas de la Federación Madrileña de Montaña. Gracias a eso me entrena Andrea Cartas y tengo acceso gratuito a muchos rocódromos de Madrid. Andrea ha estado conmigo preparándome para la competición pero también ayudándome a la hora de mejorar en la vía.
Eres el segundo escalador del mundo amputado de una pierna que consigue encadenar un 8b.
Sí, en los años 90 lo consiguió un escalador alemán en Frankenjura. No recuerdo el nombre. Ahora debe tener unos 55 años y sigue siendo una auténtica máquina. Es de la generación de Wolfgang Güllich y había escalado con él.
¿El límite para un paraescalador está en el 8b?
¡¡Ni hablar!! Ahora voy a por el 8c, pero que no se entere mi mujer, jaja!! Si encuentro una vía que se ajuste a mi estilo, lo tengo clarísimo. Me gusta mucho escalar por el simple placer de harcelo, pero me gusta tener proyectos.
¿Tener proyectos a largo plazo en la escalada encaja con el ritmo de vida que llevas?
Completamente. Tenemos una niña y esperamos otra en unas tres semanas. Además está el trabajo. Si encuentro alguien que se adapta y que puede salir conmigo pronto a escalar y dedicarle unas horas a fondo, tener un proyecto cerca de casa me permite conciliar el tiempo con mi familia. Pero esto no sería posible sin la complicidad de mi pareja, Esther.