3 de diciembre de 2024

Trad extremo

Didier Berthod establece ‘The Crack of Destiny’, en Squamish

El suizo establece una de las vías en fisura más difíciles de Norteamérica. Primero la encadenó en pinkpoint y posteriormente regresó a The Chief para cerrar el círculo en el mejor estilo

Didier Berthod escalando en Squamish
Didier Berthod en 'The Crack of Destiny', en Squamish. Foto / Fred Moix
 

Didier Berthod ha realizado la primera ascensión de The Crack of Destiny, en Squamish (Canadá). Localizada en The Chief, el suizo ha encadenado la vía en estilo tradicional, primero con los seguros previamente colocados en la fisura y días más tarde en el mejor estilo, emplazando todas las piezas durante la ascensión.

«El año pasado me acerqué a The Chief para echar un vistazo a esa fisura. Fue un amor a primera vista, una impecable fisura de dedos que me atrapó. El lugar es ideal y las vistas son maravillosas, empezando a escalar desde una repisa perfecta. Incluso la hora de aproximación que se necesita para llegar hasta allí es perfecta, alejándote de la masificación», explicó Berthod justo después del primer encadenamiento, en pinkpoint.

Le ha dedicado prácticamente cuarenta días al proyecto, «30 la temporada pasada y otros seis este año». Dice que «encadenar una vía así ha significado mucho para mí.  Hacía tiempo que no regresaba desde The Chief con un encadenamiento en mi bolsillo. Ha sido así desde 2005, cuando probaba Cobra Crack. ¡Han pasado casi 20 años!»

El nombre con el que Didier ha bautizado esta fisura tiene un significado especial:  «Uno de sus significados es la especial relación que tengo con la escalada de fisuras y con esta belleza de línea en particular. En cierto modo, es como si hubiera estado esperándome».

El suizo también ha hablado sobre el grado de The Crack of Destiny: «Los grados son parte del juego. He propuesto 5.14. Creo que es mucho más dura que 5.14a (8b+), pero no puedo ser más concreto». A la espera de futuros repetidores, podría ser una de las vías de fisura más duras de Norteamérica.

El regreso de un mito

Después de mantener una relación de amor-odio con Cobra Crack, en la que trabajó a lo largo de dos meses en 2005 y que acabó abandonando a causa de una caída en la que se lesionó, Didier se retiró a un monasterio. Allí pasó 12 años, en los que se entregó al cristianismo, tal y como explica en una entrevista para el canal de YouTube Action Talk.

Dejaba atrás una remarcable carrera como escalador, en la que había establecido vías de fisura como la emblemática Greenspit, en Valle dell’Orco (Italia), o Learning to fly From Switzerland with Love, en Indian Creek (Utah, Estados Unidos).

En 2020 decidió abandonar la vida monacal y regresó a la escena de la escalada. Rápidamente estaba encadenando vías de hasta 8c de nuevo y ahora, con The Crack of Destiny ha vuelto a la más alto.