Carta abierta de Tonde Katiyo a la IFSC: «Me llevó mucho tiempo comprender que desde el principio de mi carrera no era bienvenido»
El reconocido route setter internacional publica una carta dirigida a la International Federation of Sport Climbing (IFSC) reclamando un trato igualitario y justo a todos los equipadores en el ámbito de esta federación
Tonde Katiyo es un reconocido equipador internacional. Durante más de una década se ha dedicado a equipar en competiciones a lo largo y ancho del mundo, ha impartido talleres sobre route setting, y ha trabajado individualmente con atletas y también con equipos y selecciones nacionales. Nacido en París, criado en Zibabwe, y posteriormente estudiando Arte en Montreal, es uno de los referentes dentro del sector del route setting.
En 2017, colaboró con Jacky Godoffe en el libro My Keys to Route Setting (autoeditado, 2017), una obra de referencia también, y entre sus colaboraciones más conocidas también se encuentran las realizadas junto a la marca de presas Flathold.
En un momento en que la escalada está viviendo un crecimiento sin precedentes y muchos de los trabajos asociados a este deporte aún no están profesionalizados por completo, Tonde ha publicado una carta dirigida a la International Federation of Sport Climbing (IFSC) denunciando el trato que ha recibido por parte de esta federación.
El trabajo de equipador es uno de los más demandados dentro del sector de la escalada indoor en la actualidad, tanto a nivel comercial como competitivo, pero las condiciones laborales y de igualdad no siempre son las adecuadas, tal y como explica Katiyo en su carta.
La publicación de Tonde Katiyo en Instagram, donde ha compartido el enlace para leer la carta completa, se ha viralizado en pocas horas, y ha recibido el apoyo de numerosos miembros de la comunidad escaladora, como Margo Hayes o Daniel Woods, por citar dos nombres.
La carta de Tonde Katiyo a la IFSC
Reproducimos en su totalidad la carta abierta que Tonde Katiyo a dirigido a la IFSC. La versión en inglés está disponible aquí.
«Estimada IFSC,
Hoy renuncio a ustedes. Después de 14 años tratando de formar parte de su estructura, he llegado a la conclusión que nunca pasaré más allá de la sala de espera, sin importar lo que haga. Y he hecho literalmente todo lo posible…
Siempre digo que no me gustan los deportes en equipo, y es cierto, pero rara vez digo por qué: cuando era niño e iba a una escuela pública en Zimbabwe, los otros niños no eran muy amables conmigo. Dejé esa escuela a mitad de año con el brazo roto debido al acoso que sufría en el patio. Pero no me fui debido al acoso, me fui porque me había roto el brazo visiblemente a las 10 de la mañana y mi madre no se enteró hasta que me recogió a las 5 de la tarde. Los prefectos adolescentes, varios profesores y una enfermera escolar estuvieron de acuerdo en que el chico de color estaba fingiendo para faltar a clase.
Sin embargo, recientemente vi un documental sobre el equipo de fútbol femenino Matildas, donde una de las jóvenes jugadoras soñaba con ser la jugadora más rápida del mundo. Me recordó que cuando oí hablar de la IFSC por primera vez, antes de haber asistido a un evento, mi sueño era ser el mejor equipador del mundo. Parece infantilmente ingenuo ahora, pero los sueños de la infancia son quizás la forma más pura de pasión. Te impulsan a trabajar más de lo que jamás pensaste.
En los últimos 14 años, he trabajado en 11 eventos de la IFSC, incluido un Campeonato del Mundo; he equipado en alrededor de 30 competiciones importantes, en 15 países, en 4 continentes diferentes; he impartido más de 30 talleres sobre todos los aspectos del route setting, incluidos 4 cursos continentales que escribí, planifiqué y ejecuté bajo el nombre de la IFSC. En el transcurso de todo este tiempo, también descubrí que trabajar con atletas era aún más gratificante que equipar competiciones, así que hice todo lo posible para involucrarme en la formación para mejorar mis conocimientos como profesional. Estuve involucrado en más de 30 campus de entrenamiento o de selecciones nacionales en más de 10 países; trabajé con equipos de élite, así como con medallistas y atletas que batieron récords. En total, más de 100 eventos.
Mientras hacía todo esto, también tuve trabajos a tiempo completo, porque en la escalada de competición, ser un experto internacionalmente reconocido durante muchos años no garantiza un salario suficiente para ganarse la vida y criar una familia. Así que perseguí mi sueño desde Francia a Estados Unidos, Canadá, de vuelta a Estados Unidos y ahora Australia, solo para intentar estar en la cima y ser lo suficientemente bueno para trabajar con la IFSC.
Pero, igual que sucedió con mis primeras experiencias de racismo en la escuela, me llevó mucho tiempo comprender que desde el principio de mi carrera no era bienvenido. En 2011 fue el último de los cursos de route setting de la IFSC en los que asistían equipadores nacionales de todos los países para aprender, ser evaluados y obtener el codiciado título de route setter de la IFSC. Yo acababa de ser, con éxito, el jefe de equipamiento en el Campeonato Juvenil de Francia, y había equipado en 4 eventos de la IFSC en el mismo año, incluyendo dos pruebas de la Copa del Mundo consecutivas. Mi director técnico me había informado que había una lista de 10 equipadores recomendados en Francia, ordenados por su experiencia y méritos para representar a Francia en los eventos de la IFSC. Estaba my arriba en esa lista, pero en algún momento se tomó una decisión y fui la única persona de esa lista que no fue admitida. Sin motivo alguno.
También me informaron que nunca volvería a equipar ningún otro evento nacional en el país de mi pasaporte (sin motivo alguno), así que decidí irme, encontrar otro camino. Cualquier camino…
Siguieron años de viajes a competiciones, trabajo, expatriación, trámites de visado en 3 países diferentes, inmensos sacrificios personales y de mi pareja, todo para perseguir mi sueño, predicando a quienes quisieran escuchar lo increíble que era este deporte, cuánto me había dado, sin querer ver todo lo que me estaba quitando.
Entre 2016 y 2022 no hubo forma de poder equipar en eventos internacionales. Posteriormente, en 2022, para mi sorpresa, me encontré equipando vías para los juveniles representando a Australia. Tener una brecha de 6 años de experiencia laboral, ser 10 años mayor que cualquiera de mis compañeros, además de tener tantos problemas con mis asignaciones para equipar, son cosas que han contribuido a que me sienta poco importante e incompetente. Me di cuenta de que había enseñado a algunos de mis compañeros cuando eran atletas jóvenes, había equipado en Copas del Mundo para otros antes de que se retiraran y ahora su experiencia y la mía se consideran iguales en el sistema de la IFSC.
En mi sueño, esperaba ser el jefe de equipadores en una Copa del Mundo algún día; la consagración habría sido ser el jefe de equipadores en un Campeonato del Mundo. ¿Es eso ridículo? Ahora me parece tan estúpido y arrogante escribirlo… Ahora veo que eso es lo que algunos de los amigos que perdí en el camino ciertamente pensaban de mí.
A lo largo de los años, a veces me dieron explicaciones de por qué no era posible avanzar.
Expongo algunas de las más comunes:
- Eres de ese país, así que es imposible.
- No eres de este país, así que es imposible.
- No eres el único.
- Eres una especie de excepción, eso complica las cosas.
- Tuviste mala suerte.
- Sé más amable.
- Ten paciencia.
- Intenta pasar desapercibido.
- No podemos darte un resultado positivo esta vez, pero sigue expresándote, necesitamos tu voz.
- No sabes trabajar en equipo.
- No eres lo suficientemente patriótico.
- Necesitas estar en la lista para que te ayudemos.
- No hay dinero para ti.
- Lo siento, no podemos ayudarte.
- Inténtalo de nuevo el próximo año.
- Solo la Comisión de Equipadores puede decidir.
- Solo el Departamento de Deportes puede decidir.
- Solo tu Federación Nacional puede decidir.
- Necesitamos esperar a que la Comisión X decida al final de la temporada.
- Esperemos a ver cómo van las cosas la próxima temporada.
- Sin motivo alguno.
El problema entre el mundo y yo es que la mayoría de las veces solo me ven como negro; pero yo me veo como negro y blanco. He sufrido el mismo tipo de negación que los hombres blancos han utilizado para abrirse camino a través de civilizaciones persiguiendo el mismo tipo de sueño que los hombres negros esperaban que cambiara su situación.
Pero no siempre me discriminaron por ser un hombre negro, a veces fue solo porque era equipador. En trabajos para la IFSC, y más recientemente el año pasado, experimenté:
- Negación de mis experiencias de racismo por parte de un miembro veterano de la IFSC.
- Trabajé en al menos dos eventos de la IFSC sin sueldo, solo para gastos.
- Se proporcionó alojamiento para un equipo de 5 personas en un alojamiento con solo 3 camas.
- Con anterioridad a una reunión sobre el desarrollo profesional, me dijeron que no habría oportunidad para ganar más dinero.
- Fui «microgestionado» por un organizador que me decía qué presas usar, ignorando los consejos de nuestro equipo porque el número de presas era insuficiente.
- Tuve que pagar parte de mis gastos de viaje.
A lo largo de los años, a medida que nuestro deporte maduraba, las reglas que rigen quién puede equipar eventos internacionales han cambiado y evolucionado. Y en cada momento, la IFSC, como organización, ha decidido cuándo se aplican esas reglas y cuándo se puede tener cierta flexibilidad. No tengo ninguna duda de que llevar un deporte de nicho tan pequeño como el nuestro hace 30 años a convertirlo en el deporte olímpico moderno que es hoy fue un gran desafío. Me pregunto cómo, a lo largo de todos esos años y todas esas evoluciones, nunca hubo una evolución que me permitiera unirme al grupo de equipadores de la IFSC. O por qué la diversidad y la inclusión en el grupo de equipadores en particular se atiende tan deficientemente, y sinceramente, desde mi perspectiva parece bastante superficial. Creo que hablo por todas las personas que están directamente relacionadas con la equidad, la diversidad y el poder del deporte para cambiar la sociedad cuando digo que desearíamos que lo hicierais mejor.
Nunca quise ser el equipador de la diversidad, quería ser el mejor equipador. Prefiero mucho más la conclusión de que fracasé en mi sueño porque no era lo suficientemente bueno en lugar de estar contento por lo que he logrado como persona de color. Si trabajo para la IFSC, en el contexto de las dinámicas laborales complejas actuales, soy un embajador de las personas de color, me guste o no. Así que prefiero alejarme en lugar de ceder mi imagen a los pobres esfuerzos de la IFSC por apoyar la escalada en África u Oceanía; educar y cuidar de los equipadores; o incluir a mujeres o personas no binarias en el grupo de equipadores, por mencionar solo algunas cosas…
Mi padre experimentó el racismo sistémico en una época en la que el término racismo sistémico no existía. Su talento y sus sueños lo destruyeron desde adentro. Ahora entiendo cómo se siente ser impotente para avanzar en tu vida de la manera que deseabas. Sin embargo, me niego a dejar que me aleje de mi familia, amigos y pasión por la escalada.
Aunque no lo sabía entonces, mi última competición de la IFSC fue en Birmingham (Alabama, USA), la cuna del Movimiento de Derechos Civiles de Estados Unidos. Esa cita encapsuló casi todas las cosas que amo de equipar en competiciones: descubrir nuevos lugares, hacer nuevos amigos, ser creativo junto a otros miembros del equipo, experimentar la escalada, reencontrarme con antiguos amigos, ¡incluso escalar en roca!
Por favor, cuiden mejor a los equipadores y sus sueños futuros. Recuerden que son quienes hacen que la IFSC represente a la escalada, sin ellos no sois nada. La imagen que proyectan las personas que crean el campo de juego para algunos de los atletas más destacados en la historia de la escalada define cómo el resto de la industria trata a los equipadores. Entiendo que es difícil, costoso y político, pero en última instancia, este tipo de acciones son la esencia misma de nuestras vidas y sociedad.
Mientras dejo pacíficamente mi sueño en reposo, quiero agradecer a todas las personas dentro de la IFSC como organización que me ayudaron y siguen luchando para que mejore la escalada y cultura. Esta carta es lo más lejos que pude llegar para mostrar mis esfuerzos dentro de la IFSC, pero cuando sane de esta pérdida, haré todo lo posible para seguir ayudando a que la escalada prospere en mi región y en todos los eventos en los que espero trabajar en los próximos años. Todavía compartimos los mismos objetivos, solo desearía que hubierais reconocido mi trabajo. Ojalá hubierais tenido al menos la decencia de responder a mi correo de renuncia…
Creo que la verdadera maestría en el equipamiento, la calidad de los mejores equipadores con los que he trabajado en las Copas del Mundo, es la de crear igualdad de oportunidades para cada atleta que sube por nuestros bloques y vías. Independientemente de su nivel, mi mayor esperanza siempre, como equipador, es que sientan que su resultado fue producto del arduo trabajo que realizaron con su equipo y entrenadores; siempre lo consideré una inmensa responsabilidad y un honor equipar para personas valientes que vienen a medirse con nuestras propuestas en los escenarios de la IFSC.
Gracias por las maravillosas memorias, lugares y personas que me disteis la oportunidad de conocer.
Atentamente,
Tonde Katiyo»