«He venido aquí para aprender a volar», dice Adam Ondra en el primer vídeo de dos donde el escalador checo viaja hasta Tokio con un único propósito: entrenar. Ondra no va a cursar clases de piloto ni nada parecido en el país del sol naciente, sino que se refiere al nuevo estilo que domina el boulder actualmente. Un estilo al que los escaladores japoneses se han adaptado perfectamente.
Localizada en el centro-este de la isla de Honshu, Tokio es la capital de facto de Japón. Su población supera los 13 millones de habitantes, repartidos en una superfície de 2,187 m2. Unas cifras de vértigo, ¿no?. El mismo vértigo, o envidia, que da saber que tan solo en la capital existen más de 120 salas de boulder o rocódromos.
«La mayoría de las salas son relativamente pequeñas pero el route setting es lo más cercano que existe al formato de una copa del mundo», explica Ondra. Y es que en Tokio saben lo que hacen. Allí no se trata de tener la sala más grande, los muros más altos o la mejor localización, sino que todo se reduce a una palabra: calidad. Una calidad que se puede encontrar tanto en las salas más populares, como las de la franquicia T-Wall o B-Pump, como en la que cuenta con el muro más grande, Spo-dori, o la hypster Peki-Peki, en pleno corazón de Shibuya.
Todas las salas están construidas con un gusto exquisito y una estética muy cuidada. La mayoría de las veces los plafones son de madera vista, aportando gran calidez a los espacios, y todas y cada una de las presas tienen una calidad indiscutible. No hay medias tintas, o la sala es perfecta o no lo es.
Según datos de la International Federation of Sport Climbing (IFSC), en el mundo existen actualmente unos 25 millones de escaladores. En Estados Unidos, también según la IFSC, cada día se inician a la escalada entre 1.200 y 1.500 personas. Sí, cada día.
En un estudio realizado recientemente por ISPO, en Europa es Alemania donde existen más rocódromos, 500 en total. Y en Asia, Japón se lleva el gato al agua. Según la Japan Mountaineering & Sport Climbing Association (JMSCA), entre 2008 y 2015, el número de salas de boulder y rocódromos pasó de 96 a 435. Y remarcamos el dato, más de 120 están en Tokio.
Seguramente, la celebración de los próximos Juegos Olímpicos en la capital nipona en 2020 elevará el número de salas y mucha más gente se aficionará a la escalada indoor. Adam Ondra quería estar ahí, y entrenar, antes de que todo esto suceda. Os recomendamos ver los dos vídeos de la serie Tokyo Training, imprescindibles para entender qué está pasando en la escena de los rocos.