Edu Marín escala ‘Eternal Flame’ pero volverá para intentar repetirla en libre
Un nuevo mundo de posibilidades se abre para Edu Marín tras intentar escalar en libre 'Eternal Flame', en la Torre Sin Nombre, en Pakistán. El catalán anuncia que volverá el año que viene para cerrar el proyecto
Edu Marín ha regresado a casa después de más de 40 días de expedición en la zona de las Torres del Trango, en pleno macizo del Karakórum (Pakistán). El objetivo del escalador catalán era repetir en libre Eternal Flame (650m 7c+), en la Torre Sin Nombre, y explorar nuevas posibilidades, pero las condiciones meteorológicas no se lo han puesto nada fácil y también habría necesitado más días en el lugar. A pesar de ello, Marín ha podido pisar la cima de la Torre Sin Nombre (6.251 metros) y ahora ya conoce bien la vía.
Ataque a cima
El día 2 de julio Edu partió hacia Pakistán acompañado de Miquel Mas y Marc Subirana, con los que iba a formar cordada en Eternal Flame. Después del trekking hasta el campo base de las Torres del Trango y los correspondientes porteos hasta el pie de la pared, el equipo pudo empezar la ascensión. Las condiciones no les acompañaron durante su ataque y tuvieron que exprimir al máximo las cortas ventanas de buen tiempo entre tormentas y precipitaciones de nieve.
Marín aprovechó este primer ataque para resolver el máximo número posible de largos en libre y coger así soltura en la pared de cara a un posterior intento completamente en libre. Se resistieron los largos más difíciles, de 7c y 7c+, donde la mayoría de fisuras estaban cubiertas de hielo y nieve. A pesar de ello, el equipo pudo hacer cima, después de que Edu liderara la mayoría de largos.
Esta primera escalada también le sirvió al catalán para comprobar con sus propios ojos que la sección de roca lisa que los hermanos Huber salvaron con una travesía de 60 metros para poder seguir hacia arriba era realmente infranqueable. En ese momento Edu Marín decidió que seguiría la misma línea que Alex y Thomas idearon, con diversas variantes respecto a la original.
Intento en libre
Con la cima hollada llegó el momento de ponerse serio, Edu Marín empezaba su intento completo en libre. Subirana y Mas tuvieron que volver a España para retomar sus obligaciones laborales y Edu se quedaba sin compañeros con los que escalar. Afortunadamente, la cordada vasca formada por Julen Berrueko y Amaia Agirre, que también había escalado Eternal Flame, decidió quedarse más tiempo en Pakistán y apoyar al catalán.
De los más de 40 días que Edu Marín pasó en el campo base de las Torres del Trango solo pudo escalar 10. El resto de jornadas el mal tiempo le obligó a pasar largos y tediosos días en las tienda. Hubo un día, incluso, en el que a pesar de las malas condiciones, Edu decidió escalar. Ese día encadenó dos largos de 7c al segundo intento, bajo una precipitación de nieve. El resto de expediciones que estaban en el campo base ni se movieron de las tiendas.
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«Estoy realmente motivado por intentar escalar la vía en el estilo más puro: en libre, en un intento desde el suelo, sin bajar de la pared. Ha sido una experiencia increíble, donde he aprendido un poco más sobre el alpinismo y sus dificultades»
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Las condiciones empezaron a ser cada vez más duras en las Torres del Trango y las posibilidades de realizar un intento desde el suelo para escalar en libre Eternal Flame se desvanecían. Además, a Edu aún le quedaban dos largos de 7c+ por encadenar y las fuerzas de todo el equipo ya no eran las mismas que semanas atrás.
En ese momento Edu Marín decidió que volvería a por Eternal Flame en libre la próxima temporada. La batalla no estaba perdida. Simplemente se ha tratado de un punto y aparte.
«He dejado gran parte de mi material en Pakistán y estoy realmente motivado por intentar escalar la vía en el estilo más puro: en libre, en un intento desde el suelo, sin bajar de la pared. Ha sido una experiencia increíble, donde he aprendido un poco más sobre el alpinismo y sus dificultades. Un nuevo mundo se abre para mí, con emoción por poder resolver todos los retos que surjan en un futuro próximo. El año que viene volveré a Eternal Flame con mi equipo, mi padre y mi hermano», ha comentado el catalán, que cumplió 36 años durante la expedición.
Primeras declaraciones de Edu Marín sobre su experiencia en Eternal Flame
Breve historia de Eternal Flame
Eternal Flame es la vía más famosa de la Torre Sin Nombre. Un lugar mágico y solitario, localizado en uno de los glaciares que desembocan en el Glaciar del Baltoro, a tres días de camino desde el último pueblo habitado, Askole.
La vía se considera una de las grandes obras maestras del big wall. Fue abierta en 1989 por uno de los equipos de escaladores más fuertes jamás reunido, formado por Wolfgang Güllich, Kurt Albert, Christof Stiegler y Milan Sykora. Después de un inmenso esfuerzo por encima de los 6.000 metros, el equipo estableció una vía que marcaría el rumbo de la escalada en libre en las grandes paredes del Himalaya. Su dificultad quedó en VI 7b+ A2.
Durante dos décadas Eternal Flame se convirtió en el objetivo principal para algunos escaladores, que soñaban con conseguir la primera liberación completa de la vía. La cordada formada por Denis Burdet, Nicolas Zambretti y Toni Arbonès se quedó muy cerca en 2003 y dos años más tarde, en 2005, Iker y Eneko Pou, escalando en top rope una variante del largo 10 que resultaría 8a, la tuvieron también a tocar. El mal tiempo les impidió ir a por el rotpunkt.
Finalmente fueron los hermanos Alex y Thomas Huber los que consiguieron el objetivo de escalar en libre Eternal Flame, aunque no pudieron seguir la línea original, ya que ésta cuenta con un tramo de roca lisa imposible de escalar. Los Huber hicieron cima en la Torre Sin Nombre el 14 de agosto de 2009, tras cuatro días en la pared.
En una entrevista que mantuvimos con Alex Huber con motivo del décimo aniversario de su ascensión en libre, Alex explicaba: «Eternal Flame es la mejor escalada del planeta si la planteas como un todo: la Torre Sin Nombre, una torre majestuosa en medio del salvaje Karakórum; una roca perfecta; una gran exposición y un reto excepcional de escalada a una altitud de 6.000 metros. No hay otra vía en el mundo con conjugue todo esto».