Ramon Julián se ha apuntado la primera ascensión de Esclafit 9a, en Collsuspina, una pequeña escuela en la comarca del Moianès, en Catalunya. El encadenamiento ha coincidido con la celebración de la prueba de la Copa del Mundo de Dificultad disputada en Arco (Italia), el fin de semana pasado, en la que Ramonet ha sido una de las ausencias destacadas.
La vía fue equipada por Miquel Puigdomènech en octubre de 2013 y desde entonces se había resistido a todos los escaladores que la habían intentando encadenar. La primera vez que Ramonet la probó le pareció imposible y decidió abandonar el proyecto por un tiempo.
Hablamos con Ramonet para que nos explique los detalles del rotpunkt que ha supuesto su primer noveno del año.
Ramonet: «Si hay fanatismo y amigos motivados, no hay condición que te pare»
Esclafit es la primera vía de noveno grado de Collsuspina. Y como no podía ser de otra forma, el primero en encadenarla ha sido Ramón Julian, un auténtico especialista en descubrir joyas en pequeñas escuelas locales.
Ramonet no encadenaba ningún noveno desde 2016, cuando tachó consecutivamente en septiembre de ese año, Maya 9a+, en Margalef, y Les Tres Dures 9a, en Sadernes. Por cierto, las dos, primeras ascensiones también.
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«Había probado la vía hace unos años y me parecía imposible»
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Otro proyecto tachado. ¿La había probado alguien más?
Habían probado la vía algunos escaladores de la comarca de Osona. También Jerome González y Oriol Maravé. Oriol creyó desde un principio que era posible subir por allí.
¿Te ha costado mucho trabajo encadenar Esclafit?
Había probado la vía hace unos años y me parecía imposible, no le veía color. No veía las presas para poder progresar y generalmente no tenía la visión para descifrar las secuencias de movimientos. Hace dos meses me animé a probarla otra vez porque un escalador de Centelles, Alexis Llop, me dijo que podía hacerla. Me puse a trabajarla y encontré las presas y movimientos para resolver la parte más dura. En total, habré ido entre 10 y 15 días con una media de tres o cuatro buenos intentos por sesión.
Viendo las fotos de la vía da la sensación que todas las presas son muy pequeñas…
Sí, generalmente son presas muy pequeñas. Predominan las regletas, algunos agujeros, un romo y unos planos. Son 15 metros muy a bloque. Tiene una primera parte de transición por un techo de agujeros hasta que llegas a la sección más dura de bloque, que consiste en seis movimientos muy difíciles sobre un bombo. Son tres pasos sobre regletas planas y malas, donde después hay que hacer un movimiento muy abierto para ir a buscar un romo muy raro de coger. Desde ahí hay que hacer un paso largo a un plano. Pasada esta sección, la vía sigue sobre algunas regletas y unos invertidos en los que todavía puedes caer antes de llegar a la reunión.
Con las altas temperaturas de los últimos días no habrá sido nada fácil encadenar esos movimientos.
La verdad es que ha sido difícil gestionar el tema del calor, pero si hay fanatismo y amigos motivados, no hay condición que te pare. He tenido la suerte de contar con Oriol Maravé y mi mujer M. Alba, sin ellos no lo habría conseguido. Muchos días nos hemos levantado muy pronto. Con Oriol a las 6 de la mañana ya estábamos en el sector para poder tener un poco de tacto.
¿Tienes algún otro proyecto para este verano?
Me gustaría repetir algunos novenos que tengo pendientes y escalar a vista.
En la última prueba de la Copa de España de Dificultad, en Barcelona, sufriste una lesión de rodilla, ¿estás completamente recuperado?
Todavía no, estoy en proceso de recuperación. Cuando hago alguna bicicleta tengo bastante dolor, pero llevo una rodillera que me permite escalar más bien cómodo. Será cuestión de tiempo.