Después de una primera entrega donde introducía lo que para mí significa la escalada y fotografiarla, toca entrar en temas más prácticos. En estas líneas y fotografías os dejo lo que a mi criterio es importante conocer a la hora de hacer una foto que «cuente una historia» queriendo, es decir, sabiendo de antemano que vamos a conseguirla, y no por casualidad.
Conceptos generales de fotografía
La fotografía de escalada trabaja sobre los mismos pilares que la fotografía de casi cualquier otra especialidad. Si «fotografía» viene a ser proyectar la luz y capturarla sobre un soporte, que a día de hoy en su gran mayoría es un sensor digital, queda claro que la base de toda imagen va a ser la luz. Esta determinará el color, el contraste, las sombras duras o no, el equipo que necesitaremos y un montón de otros factores que deberemos tener en cuenta antes de hacer esa foto que queremos.
La luz nos viene dada de varias formas, que a grandes rasgos podremos clasificar por su cantidad y su calidad. En exteriores, seguramente podremos disponer de la luz del sol. Esta luz al mediodía y a pleno sol será una luz blanca (color), dura (sombras muy oscuras que resultan en mucho contraste) y potente (mucha cantidad de luz). Sin embargo la misma luz del sol, a la misma hora, pero un mediodía nublado ya será una luz más azulona, difusa y con sombras menos marcadas, o sea, menos contraste.
Por la mañana será una luz dorada, no tan potente, que nos resultará en colores más cálidos, totalmente diferentes. El amanecer y la caída del sol son las partes del día que a todos nos suelen dejar con la boca abierta disfrutando del lugar y la compañía con la que lo compartamos. De nosotros dependerá si queremos pegarnos el madrugón o acabar a última hora para aprovechar esa luz dorada, o si preferimos trabajar a la sombra de un día soleado o incluso al pleno sol de un medio día.
Los días nublados también pueden ofrecer grandes posibilidades. De todas las situaciones podemos llegar a sacar buenas fotografías si lo planeamos con antelación.
Por otra parte, también es muy importante la composición y el encuadre. Hay muchísima
información por internet hablando de reglas. Regla de los tercios, donde debe ir el horizonte, nunca centrar al sujeto, líneas convergentes, color destacado…
Es muy importante saber lo que nuestro cerebro detecta y ve primero en una foto, y eso suele seguir todas esas reglas, pero a medida que las vas entendiendo, también vas sabiendo cuando poder esquivarlas y aún así obtener buenas imágenes. Aunque está claro que ayuda, se disfruta mucho más experimentando que intentando poner todo en el sitio «que toca» constantemente.
Sobre la exposición… Sin entrar en detalles sobre velocidades de obturación, aperturas e ISOs (sobre eso tenéis mucha información también en internet), entendamos como una foto expuesta correctamente aquella en que la luz real que hay en el ambiente es la que luego obtendremos en la foto.
Aquí una herramienta técnica muy importante que sí que quiero recomendar que se conozca es el histograma. Es una herramienta en la que se ve de forma muy gráfica, no solo si la foto está bien expuesta, sino cómo puedo ajustarla después de hacerla para que tenga la mayor gama tonal posible y el color sea el que buscamos.
En mi caso, para poder disponer siempre de los máximos recursos en la edición tanto para tener la máxima información en cada foto original como para poder corregir errores, suelo hacer las fotos en formato RAW. En el caso de querer fotos de uso rápido sin mucha edición y menos pesadas, como pueden ser las utilizadas para redes sociales, sí que usaré el formato JPEG.
Fotografía de escalada en exteriores
Lo que se entiende como fotografía de escalada tiene su campamento base instalado en la roca. Eso significa que la luz, siempre que no nos compliquemos la vida con flashes, va a ser la del sol. Esta luz tiene la ventaja de que siempre va a estar, pero el inconveniente de que vamos a tener que lidiar con ella con la calidad y cantidad que nos ofrezca, ya que prácticamente no podemos modificarla.
En días soleados, aunque sea en invierno, tendremos que vigilar donde nos ponemos antes de subir por las cuerdas, ya que podemos meter en el encuadre zonas de sombras oscuras y zonas muy iluminadas por el sol. Esto que provocará un altísimo contraste y puede obligarnos a decidir entre perder el detalle de la zona sombreada, o hacer que nuestro escalador o escaladora salgan excesivamente iluminados.
También tendremos que decidir si hacemos un contraluz o no, e incluso si el sol tiene que salir en el encuadre. Todo esto tiene menos importancia si la pared es clara y refleja bastante luz sobre el escalador, ya que al menos los gestos de la cara y los detalles de la ropa podríamos llegar a salvarlos. Otro detalle, es que si nos ubicamos mal, puede llegar a salir nuestra propia sombra en la foto, o incluso sobre la persona que escale, lo que arruinaría la imagen.
Personalmente, a mí me gusta ponerme con el sol al a espalda y vigilando mucho que no salga mi sombra en el encuadre. La luz puede llegarle casi plana al escalador y salir así todo el detalle que nos gusta. Si en algún caso hago contraluces, suelo hacerlos con un angular, puedo meter el sol en la foto, y cierro el diafragma por lo menos a f16 para que el sol salga en forma de estrella y no como un reflejo gigante.
Hacer fotos al sol incluye trabajar con las puestas y salidas de éste. En esos momentos habrá que tenerlo todo planeado para mostrar lo impresionante del momento, ya que de otra manera esos diez o quince minutos de oro pueden ser insuficientes para hacer cambios en el montaje.
Si decido trabajar a la sombra, todo arreglado. Es una luz no muy espectacular pero muy fácil de trabajar, y muy agradecida para retratos «de belleza». Tanto la sombra, como el efecto de las nubes sobre la luz del sol, actúan como grandes difusores que convierten una luz con sombras muy oscuras en una luz suave y poco dramática.
Así que si queréis fotos escalando en las que salgáis guapos, a la sombra!, ¡jaja!. Haciendo las fotos a la sombra, tendremos que vigilar, eso sí, que nuestro fondo no sea una zona muy iluminada por el sol, ya que como he comentado esto nos haría elegir entre exponer bien al escalador o el fondo.
Respecto a la composición en exteriores y los encuadres, comentaré algunas cosas cuando hable del equipo en la siguiente entrega, ya que para mí esta composición y el objetivo que utilice van muy estrechamente ligados. Lo que sí que avanzo, es que en mi opinión ni un pie de vía ni la colchoneta de un rocódromo deben estar llenas de material de colores y con desorden. Hay que tener en cuenta el encuadre entero. Todo ese material desperdigado puede hacer perder protagonismo a nuestro escalador o incluso provocar que la foto sea un caos visual donde no saber a qué mirar.
La fotografía en exteriores, en el caso de la montaña, además tiene un factor importantísimo a tener muy en cuenta. La seguridad de todo el equipo. Es un entorno complejo en el que te puedes despistar y cometer un error fatal por estar concentrado en una cosa tan poco importante como es hacer una fotografía.
Fotografía de escalada en interiores
La fotografía de escalada en interiores suele hacerse en grandes rocódromos o incluso en pequeñas salas de tortura que puedas tener montadas en tu propia casa. Aquí la luz se puede trabajar de forma completamente opuesta a la fotografía en exteriores. Las salas de escalada no suelen tener luz natural (o muy poca), por lo que necesitaremos focos, flashes o iluminación casera habitual.
Podremos jugar a poner luces duras para dar imágenes dramáticas del escalador. Podremos usar bombillas «normales» de casa para dar un toque íntimo al espacio de entrenamiento casero. Podremos montar grandes flashes si lo que quieres es iluminar un pabellón donde se realiza una competición… La cuestión es que en interiores sí que tendremos la ventaja de poder manipular la luz más a nuestra medida.
El pero de esta manera de hacer, es que deberás esforzarte en entender cuanta luz poner, dónde, de qué tipo y lo que realmente quieres conseguir con ello.
En mi caso, cuando hacía fotos de las competiciones nacionales de escalada en los diferentes rocódromos, casi siempre optaba por montar grandes flashes de estudio si la organización me lo permitía. Llevaba un maletón lleno de equipo y aquello parecía una
feria. La verdad es que los resultados valían la pena.
A día de hoy, y bajo el concepto de «menos es más», suelo llevar un par de objetivos fijos muy luminosos y me centro en hacer las fotos con la luz disponible y buscar los mejores encuadres. Mientras escribo esto, de todas formas, sé que voy a acabar buscando flashes otra vez…
Planificación de un día de fotos
Ya sea para grandes proyectos de una zona en el que vayamos a emplear varios días, un reportaje de un día, las fotos de un encadenamiento, o simplemente para hacer una sola foto que vayamos a usar para nuestras redes sociales, es recomendable tener un plan.
En el caso de una foto para Instagram, por ejemplo, puede ser un plan sencillo, o que ni siquiera nos demos cuenta de que hemos planeado, pero ese plan está ahí. Sabemos qué tipo de foto nos gusta, qué queremos que se vea, con quién hacerla, dónde, cuando, haciendo qué… En el caso de un gran proyecto, la cosa es más laboriosa, pero el plan es el mismo.
A continuación explico el mismo proceso para encarar casi de la misma forma dos proyectos bien diferentes. Una única fotografía para una red social en un rocódromo conocido (A), y un gran reportaje de una zona de escalada que queramos mostrar (B).
¿Qué quiero mostrar? ¿Cuál es el objetivo de hacer esas fotos?
A- Una amiga apretando en un paso, el ambiente del roco, el magnesio que me han dejado, la cerveza post entrenamiento, … El objetivo es mostrar esa pequeña historia que queremos contar.
B- La personalidad e historia de un lugar, las características paisajísticas, la gente, el tipo de escalada, paredes concretas, vías concretas, pasos concretos… El objetivo es dar una información lo más completa posible del lugar, a nivel de escalada y de cultura.
Información y documentación del lugar
A- Conocemos el rocódromo y la gente con la que estaremos. Tenemos la información de antemano gracias a los meses de experiencia.
B- Si el lugar es conocido tendremos mucho ganado, pero si no lo es, deberemos buscar información de cómo llegar, dónde comprar, comer y dormir, gente que aporte sobre el lugar (locales) y quiera participar y aportar, sectores y reseñas si las hay, accesos, descuelgues para trabajar y el acceso a ellos, equipamiento, etc.
¿Dónde es? ¿Cuánto tiempo necesito? ¿Hay presupuesto?
A- En mi rocódromo habitual. Todo solucionado.
B- ¿Cerca de casa? ¿Menos cerca? ¿Destino internacional? Es muy importante tener en cuenta los gastos que va a suponer todo el proyecto. Para mí no es lo mismo ir subiendo a Montserrat o Sant Llorenç del Munt varias veces, pero en el día, que ir a África 12 días
teniendo que traer el reportaje solucionado porque no es viable volver. Sesiones de escalada deportiva en una zona conocida se pueden hacer en el día sin problemas yendo tempranito, pero las fotos en grandes paredes probablemente necesiten un día de inspección de la pared y fijación de cuerdas y otro de trabajo, como mínimo.
Equipo humano, equipo fotográfico y logística
A- Tus compañeros y tú, con el móvil, por ejemplo, o una buena cámara compacta. Acabas en el bar recordando la jornada vivida.
B- Para fotos de deportiva con los escaladores y uno mismo suele ser suficiente. Se puede portear el material entre todos. Para reportajes de pared es conveniente contar con al menos tres escaladores o escaladoras, para así poder llevar las docenas de metros de cuerda, ayudar en el montaje y fijación, y asegurarnos que hay al menos dos personas
escalando y otra encargándose de vigilar cuerdas y material. Si el reportaje es en varias sesiones, conviene ser más gente, ya que hacer varias sesiones tan duras como lo son en pared puede no apetecer siempre a quién escala y quiere echarte un cable. El equipo
fotográfico, dentro de la máxima calidad posible, deberemos elegirlo teniendo en cuenta el peso, eligiendo probablemente zooms. La verdad es que si acabas llevando más de 200 metros de cuerda los 450 gramos de un objetivo más no van a ser un problema.
Previsualizar la historia que quiero contar. Calendarizar
A- La misma tarde del entrenamiento, en el momento que creamos adecuado.
B- En un viaje de varios días, hay que reservar días específicos para la fotografía de escalada y las zonas que queremos mostrar sí o sí. De la misma forma habrá que buscar los momentos para poder mostrar el lugar y la cultura que se viva allí de la escalada.
Hacer las fotografías planeadas y las no planeadas, teniendo en cuenta el tipo de
edición que haremos
A- La edición de una foto casual en un rocódromo da mucho juego, ya que no necesitamos mucha calidad y apenas se verán los defectos de la propia cámara (¡los de nuestra foto sí!). Podremos hacer una foto bien expuesta y editarla con alguna de las aplicaciones para móvil que dejarán una foto bien equilibrada y bonita sin mucho esfuerzo.
B- Tenemos un plan, pero no hay nada como improvisar si vemos la oportunidad. Probablemente de ahí salga lo que ni tú esperabas de esa zona. Hay que pensar que no siempre se pueden hacer fotos sabiendo que podremos tirar de recorte si luego van a ser
para imprimir en gran formato (¡un póster para casa!) o para dobles páginas en alguna revista.
Selección y edición. Formato
A- Si has hecho una, pues esa. Si has hecho varias, al pasarlas te darás cuenta poco a poco de que los pequeños cambios en la composición pueden dar fotos muy diferentes.
¿Has quitado distracciones de la foto? ¿Has mirado bien todo el encuadre para evitar objetos o gente que no quieras que salga? ¿Sale la expresión o detalle que querías? Coge una app de edición y acábala a tu gusto (¡sin filtros excesivos por favor!).
B- Seleccionar una foto de entre centenares puede ser algo muy complicado. Al final en un reportaje deberemos llegar a renunciar a fotos «mejores» a favor de fotos que se integren mejor en el reportaje con el fin de contar y mostrar lo que queremos. A mí personalmente me gusta hacer dos selecciones diferentes. Una para el reportaje en sí y otra para los integrantes del equipo. Las del reportaje son las que muestran lo que necesito, las otras son el sencillo regalo que puedo ofrecer a quién me ayuda en cada proyecto.
Entrega
A- ¡A Instagram va! Si la foto es un poco abstracta o tiene una historia detrás que hace falta contar, siempre va bien ayudar a describirla con un texto que aporte interés y hasta sentimiento.
B- Es el momento tenso. Es cuando vas a recibir tu feedback sobre el trabajo realizado. Siempre es importante haber tenido mucha comunicación con quién te ha pedido el trabajo. Debes acertar con el formato, con el orden, y sobre todo con la calidad de las
fotos y la descripción de la historia. ¡Deséate suerte!
A la gente que me ayuda suelo obsequiarles con alguna impresión en papel de la mejor foto que tenga. Para mí es un placer ver las fotos impresas en papel y si es en gran formato, ¡mejor!
Cervezas
Digo cervezas, pero puede ser té, agua, sopa, una cena… lo que sea. Pero el día hay que acabarlo disfrutando de lo más importante, el equipo.
Pies de foto
Foto 1: Miquel Mas del OS2O Alpine team, en Sant Llorenç del Munt. Hay reglas no escritas que rompen todas las reglas técnicas de la fotografía. La básica es contar con gente que siempre tenga un «vamos» como respuesta. Esta foto está hecha un día en el
que ni yo quería subir a hacer fotos. Lluvia, frío, viento, niebla… Miki y Carles dieron el empujón con ese «ya que hemos venido, claro que subimos!» y el resultado puede no ser el esperado, pero valió la pena dejarse de reglas e intentarlo. Cámara Full Frame, 12mm,
f/5.6, 1/120seg.
Foto 2: Angi escalando la vía Lourdes en Montserrat. En esta vía hicimos fotos dos días. El primero era un día soleado. Las fotos eran decentes, pero la vía recorre un espolón a la sombra y el fondo está totalmente expuesto al sol. El segundo día por suerte los astros se
alinearon y tuvimos nubes. La foto queda mucho más equilibrada de luz de esta manera. Cámara Full Frame, 29mm, f/4.5, 1/320 seg.
Foto 3: Francesc Prat y Luís Manzaneda escalando en el Bisbe, Montserrat. En el proyecto de Montserrat tuve la oportunidad de experimentar mucho. Si disponía de la luz «buena» solía seguir esas reglas de composición para garantizar fotos de calidad. En este caso, con un sol que aunque de atardecer, era bastante intenso, decidí jugar con la composición para darle a la foto un interés visual que no se centrara tanto en la luz si no en todos los componentes que salen dentro del encuadre: escaladores, paredes, sombras, ambiente… Cámara Full Frame, 15mm (fisheye), f/9, 1/60seg.
Foto 4: Luís Manzaneda (Albert asegurando) en la vía Valentín-Casanovas en la Paret de l’Aeri (Montserrrat). Esta foto quizás sea buena (sobre todo por el gran trabajo en equipo que hicimos), pero puede ser mejor. Poca gente dispone de fotos en vías como ésta
hechas desde fuera de la vía. Es una foto de alto contraste. Parte principal de la foto a la sombra y fondo al sol. Buena composición, buen esfuerzo, pero mala luz. Tengo pendiente una segunda visita a esta vía o a alguna cercana a la hora que toca. Cámara Full Frame, 16mm, f/4, 1/1000seg.
Foto 5: Óscar González y Arnau Marès en la vía Amadeus, Roca Alta (Vilanova de Meià). Esta es una foto hecha a pleno sol y a mediodía. Estuvimos todo el día haciendo pruebas, subiendo y bajando para ver dónde debíamos estar a la hora de la puesta de sol (foto en la primera entrega). Aún así, a pleno sol todavía se pueden obtener buenos resultados si te ubicas en algún sitio donde las sombras no maten detalles importantes. Cámara Full Frame, 11mm, f/8, 1/640seg.
Foto 6: Cecilia Blánquez en Sant Llorenç del Munt. Fotos a la sombra o en días nublados ofrecen una luz perfecta para hacer fotos un poco más cerca de lo que es un retrato con flashes y difusores. Si a eso le sumas que haya buen feeling con la escaladora, y que eso
lleve a una buena sonrisa, vale la pena aprovecharlo dejando de lado las apretadas y los paisajes. Cámara FF, 55mm, f/1.8, 1/640seg.
Foto 7: Chevy Crespo en la Batec Boulder Party 2020. Me encanta hacer fotos en interiores. Tienes que esforzarte por hacer encuadres originales y porque en las fotos quede bien matizado lo que buscas. Es todo un reto. En este evento tuve la suerte que la Sala Batec montó dos grandes cañones de luz, que junto a la luz morada del techo le daban un toque espectacular a la prueba. Me permitieron acercarme tanto como quisiese siempre que no molestase e intenté aprovecharlo al máximo para sacar tanto a los escaladores como al público y el ambientazo que hubo. Cámara Full Frame, 45mm, f/1.8, 1/320.
Foto 8: El viaje a Sao Tomé y Príncipe con Toti Valés y Miquel Mas ha supuesto la aventura más dura que he tenido. Me plantearon el viaje apenas dos semanas antes de ir. Vuelos, vacunas, visado, cómo distribuir el equipo para llevarlo entre los tres, país que ni sabía que existía, zona casi virgen, calor, tormentas tropicales, humedad infinita, cobras, sin acceso a comida o agua a menos de varias horas del campo base… Ir con miles de euros en equipo fotográfico a un país del que no tienes referencias es una sensación única. En este viaje estrellé un drone de unos 2.000€ contra la pared a más de 250 metros del suelo. Cámara Full Frame, 105mm, f/9, 1/320mm.
Foto 9: En el viaje a Sao Tomé y Príncipe en los ratos libres me dedicaba a redactar el texto para el reportaje que estaba haciendo y que había pactado que publicaría en una revista especializada. Al estar el campo base a la sombra, y no disponer de generador,
debía gestionar las baterías de la cámara de fotos, las de la tableta y drone, y por supuesto, la del teléfono, ya que era nuestro sistema de comunicación (a horas concretas) cuando unos escalaban y otro esperaba abajo. Esta foto es un selfi de postureo, pero refleja perfectamente lo que era el campo base y el lugar con todos los detalles que hay dentro del encuadre. Cámara Full Frame, 11mm, f/4, 1/6seg.
Foto 10: Miquel Mas haciendo trabajo de fijación de cuerdas en una ruta de pared. El trabajo en equipo es básico para poder hacer fotos en grandes paredes. Se suelen fijar centenares de metros de cuerdas, se suele estar incómodo, y son muchas horas las que se pasan para buscar esas imágenes que deseamos. Es muy recomendable hacer una primera inspección de la pared, montando un par de cuerdas en los lugares más asequibles, para ver desde dónde querremos trabajar para conseguir lo que buscamos.
Foto 11: Carla Martínez del CCT21 en un entrenamiento en la Sala Batec. Un día cualquiera de entrenamiento puede ser una buena oportunidad para buscar detalles con teleobjetivos cortos, por ejemplo. Miradas, gestos, detalles de manos… En el rocódromo tendremos la ventaja de que cada día que vayamos va a tener la misma luz, así que si un día no acertamos con los parámetros para exponer bien, al siguiente podremos volver a intentarlo corrigiendo los errores que veamos. Es un buen terreno de prácticas, sin duda.
Foto 12: Bonus foto. Miquel Mas y un servidor uno de los días de trabajo en el Cao Grande de Sao Tomé e Príncipe. Era agotador, pero por eso lo más importante era tener siempre a miembros en el equipo que sepan decir «Ya que hemos venido, vamos para arriba!».