23 de noviembre de 2024

Opinión

El colectivo LGBT en la escalada

Álex González y Jaume Peiró
Álex González y Jaume Peiró, sin miedo a nada. Fotos / José Núñez
 

Ninguna foto en el perfil de Instagram de Álex y en el mío había tenido antes tantos «me gusta» y comentarios. Y es que no es habitual ver a dos escaladores o escaladoras del mismo sexo dándose un beso y publicándolo en las redes sociales. Que no se difunda no quiere decir que no pase.

Álex González y yo, Jaume Peiró, somos pareja, escaladores y alpinistas y es un honor que se haya confiado en nosotros para transmitir un mensaje de respeto e igualdad a los lectores de este espacio web y a todo el que pase por aquí en un momento u otro. Cuando nos propusieron escribir un artículo de opinión respecto al colectivo LGBT en la escalada, no tardamos ni un solo segundo en aceptar.

«El mundo de la escalada se nutre generalmente de personas con una mentalidad bastante abierta»

Por suerte, el mundo de la escalada se nutre generalmente de personas con una mentalidad bastante abierta. Los escaladores acostumbramos a viajar mucho y eso te permite ver el mundo desde diferentes perspectivas, tanto para bien como para mal. La realidad esta ahí y te das cuenta de lo ridículas que pueden llegar a ser las personas de mentalidad retrograda.

A día de hoy seguimos luchando por un mundo en igualdad de condiciones. Suena simple, y de hecho lo es, pero la realidad es otra.

Cuando la gente lee este tipo de artículos en la prensa deportiva se sigue cuestionando si realmente es el medio adecuado para difundirlo. Lo que esas personas no saben es que si todos nos respetásemos, no serían necesarias publicaciones así de reivindicativas.

No hay que tener miedo a contar lo que te gusta. Si te gustan las personas de tu mismo sexo no será mejor ni peor que si te gustan del sexo opuesto. Bien es cierto que la homosexualidad no está todavía totalmente normalizada en la sociedad, pero sí es verdad que cada vez avanzamos más. Salvo por algunos comentarios en publicaciones en redes sociales y prensa u otros medios ajenos a nosotros, no hemos recibido ningún mensaje ni comentario malo acerca de nuestra relación, sino todo lo contrario. Todo han sido señales de apoyo y aceptación.

Vivir reprimido y con miedo a expresar tu orientación sexual y tu forma de ver la vida es, por experiencia, como tener alguna pieza de tu vida que no termina de encajar del todo. Eso no te permite ser feliz al cien por cien.

No podemos decir que a nosotros no nos costase «salir del armario», hacía muchos años que interiormente lo sabíamos y nos mantuvimos callados. Sin embargo, llega un momento en el que das el paso y tu vida mejora de repente. No tiene por que ser instantáneamente, es un paso importante y esto puede derivar en un miedo al cambio y a sentirse extraño. Pero a la larga te encuentras mucho mejor.

En el mundo de la montaña y de la escalada hemos sido prácticamente los primeros en contarlo públicamente y esperamos que esto sirva de ejemplo para todas aquellas personas que quieren hacerlo y no se sienten seguras.

Personalmente conocemos a más mujeres escaladoras que a hombres que se encuentran en esta misma situación. Durante varias temporadas participamos en competiciones nacionales y allí lo vivimos de primera mano. Son muchas más ellas que ellos quienes se atreven a abrirse.

Hablar públicamente de nuestra experiencia, en las redes sociales por ejemplo, ha calado en muchísimas personas. A la vista está que desde el primer minuto hubo quien contactó con nosotros para contarnos su caso. No se atreven a expresar sus sentimientos por la actitud y respuesta que toman otros y han confiado en nosotros para abrirse y sacar lo que sienten.

Nosotros seguiremos luchando por lo que queremos, lo que somos y la forma de vida que deseamos llevar, indistintamente de los handicaps que nos impone la sociedad a lo largo de la vida.