21 de noviembre de 2024

Historia moderna de la escalada

‘Eternal Flame’ (650m 7c+), 10 años de la primera ascensión en libre

Alex Huber escalando 'Eternal Flame'
Alex Huber en un largo de 7b a casi 6.000 metros de altura, en 'Eternal Flame'. Foto / Hinterbrandner - Huberbuam.de
 

Eternal Flame (650m 7c+) es la vía más famosa de la Torre Sin Nombre (6.239 metros), en el macizo de las Torres del Trango, en plena cordillera del Karakórum (Pakistan). Un lugar mágico y solitario, localizado concretamente en uno de los glaciares que desembocan en el Glaciar del Baltoro, a tres días de camino desde el último pueblo habitado, Askole.

La vía, considerada como una de los grandes obras maestras del big wall, fue abierta en 1989 por uno de los equipos de escaladores más fuertes jamás reunido, formado por Wolfgang Güllich, Kurt Albert, Christof Stiegler y Milan Sykora. Después de un inmenso esfuerzo por encima de los 6.000 metros, el equipo estableció una vía que marcaría el rumbo de la escalada en libre en las grandes paredes del Himalaya. Su dificultad quedó en VI 7b+ A2.

Los alemanes bautizaron a la vía con el nombre de Eternal Flame, en referencia a la romántica y comercial canción de Bangles, que «expresaba nuestros sentimientos a la perfección», comenta Wolfgang Güllich en el libro Una vida en la vertical (Desnivel, 1994). De hecho, cada uno de los largos recibió un nombre extraído del tema de Bangles: «Darling, do you feel my heart beating?», «Hey, do you feel the same?» o «Am I only dreaming?», por ejemplo.

Wolfgang Güllich en la hamaca en Eternal Flame
Wolfgang Güllich en la hamaca en la Torre Sin Nombre. Foto / Col. Kurt Albert

 

Kurt Albert fue el encargado de finalizar la vía, con un lesionado Wolfgang Güllich (a causa de una caída en los días previos abriendo la vía en la que se rompió los cruzados de una rodilla) asegurando. Christof Stiegler y Milan Sykora ya se habían retirado de la expedición unos días antes por obligaciones varias.

Eternal Flame sigue un llamativo sistema de fisuras y para Albert se trató de una escalada libre, una puerta abierta a lo que vendría después: «Es una ruta de escalada libre con largos en libre definidos desde un reposo natural al siguiente y cuenta con tres pasajes de escalada técnica» (comentario de Kurt Albert en el libro Una vida en la vertical).

Durante dos décadas la vía se convirtió en el objetivo principal para algunos escaladores, que soñaban con conseguir la primera liberación completa de Eternal Flame. La cordada formada por Denis Burdet, Nicolas Zambretti y Toni Arbonès se quedó muy cerca en 2003 y dos años más tarde, en 2005, Iker y Eneko Pou, escalando en top rope una variante del largo 10 que resultaría 8a, la tuvieron también a tocar. El mal tiempo les impidió ir a por el rotpunkt.

Kurt Albert en la cima de la Torre Sin Nombre
Kurt Albert en la cima de la Torre Sin Nombre. Foto / Col. Kurt Albert

 

Thomas y Alexander Huber, décimo aniversario de la primera ascensión de libre a Eternal Flame

Fueron otros hermamos, Alexander y Thomas Huber, los que cuatro años después del intento de los Pou, consiguieron por fin liberar todos los largos de Eternal Flame. Hicieron cima en la Torre Sin Nombre el 14 de agosto de 2009, después de cuatro días en la pared.

Los Huber tuvieron suerte con las condiciones meteorológicas y consiguieron la primera ascensión en libre añadiendo cuatro variantes a la vía original, alcanzando dificultades de hasta 7c+. Después de su gesta, Alex comentó: «No hay duda de que hemos tenido mucha suerte. Para tener éxito tienen que coincidir varias circunstancias. El tiempo fue bueno, lo que nos permitió escalar perfectamente, incluso las fisuras finales no tenían hielo. Me quito el sombrero ante el logro y la escalada en libre de los primeros ascensionistas. Esta vía es realmente enriquecedora para el montañismo. Con Eternal Flame Kurt Albert, Wolfgang Güllich, Christof Stiegler y Milan Sykora pasaron a la historia por establecer la vía en libre más bonita del planeta. Estamos emocionados de jugar un pequeño papel en el desarrollo de esta ruta».

 

La llama se mantiene viva diez años después. Entrevista con Alex Huber

Con motivo del décimo aniversario de la liberación de Eternal Flame, hablamos con Alex Huber para que nos explique varios detalles sobre la línea y alguna que otra curiosidad.

«Eternal Flame es la mejor escalada del planeta si la planteas como un todo»

¿Cuál fue la primera vez que oíste hablar de la vía?

Justo después de la primera ascensión de Eternal Flame todas las revistas publicaron la noticia y los artículos de Wolfgang y Kurt. Fue una de las ascensiones más significativas de ese año e incluso mucho más que eso… ¡Dejaron una obra maestra y obtuvieron una atención mundial!

Creo que Güllich te habló de la vía…

Estábamos escalando juntos en Frankenjura, que era «mi oficina» en términos de escalada. Yo entonces no era popular y él era mi héroe. Ambos compartíamos la misma pasión y la vía apareció en una conversación de forma natural. Él me dijo que podría ser un gran objetivo para mí en el futuro, ya que no era solo un escalador deportivo sino también un alpinista.

Hubieron dos intentos previos para liberar la vía (en 2003 y 2005). ¿Recopilasteis información de éstos?

Sí, tuvimos información de los dos intentos y fueron de gran ayuda, evidentemente.

En pocas palabras, ¿cómo es Eternal Flame?

Eternal Flame es la mejor escalada del planeta si la planteas como un todo: la Torre Sin Nombre, una torre majestuosa en medio del salvaje Karakórum; una roca perfecta; una gran exposición y un reto excepcional de escalada a una altitud de 6.000 metros. No hay otra vía en el mundo con conjugue todo esto.

¿Nos explicas algún detalle sobre las cuatro variantes que abristeis? 

Existía un péndulo que salvaba una sección de tres o cuatro metros de roca lisa. Solucionamos ese tramo con una travesía 60 metros. Con estos dos largos alcanzamos de nuevo el sistema principal de fisuras y las puertas se abrieron de par en par.

En medio de la ruta hay una escalera de bolts en una sección de roca lisa. Iker Pou ya había encontrado una variante pero no pudo encadenarla. Nosotros tampoco tuvimos oportunidad de solucionar el crux de los Pou porque estaba cubierto por una fina capa de hielo. Aún así tuvimos la suerte de encontrar la mejor solución con un largo en travesía hacia la derecha y otro largo de fisura desplomada de dedos nos permitió superar el obstáculo.

Durante los cuatro días que estuvisteis en la pared, ¿cuál fue el mejor momento?

Lo mejor fue… ¡la escalada al completo! Conectar con nuestros héroes, Wolfgang y Kurt, encadenando esta obra maestra, Eternal Flame, significó mucho para nosotros.

¿Eternal Flame ha sido vuestra mejor escalada en libre?

Nunca he sido muy fan de los rankings, así que no quiero decir que ha sido la mejor vía que hayamos escalado en libre. Sin embargo, sin lugar a dudas, es una de las mejores ascensiones que hemos realizado en nuestra vida.

Thomas Huber escalando Eternal Flame
Thomas Huber en ‘Eternal Flame’.
Foto / Hinterbrandner – Huberbuam.de

 

Toni Arbonès habla sobre el intento en libre de Eternal Flame junto a Denis Burdet y Nicolas Zambretti

Toni Arbonès conoció a Denis Burdet y Nicolas Zambretti escalando en Siurana. Surgió una amistad casi instantánea y poco después se embarcaban en el gran proyecto: liberar Eternal Flame.

Arbonès recuerda: «Era muy amigo de Kurt Albert. Me pasó la reseña original. Recuerdo que me dijo que les habían quedado dos largos por liberar y que ese tenía que ser nuestro objetivo».

«Para llegar al inicio de Eternal Flame hay que superar primero un zócalo de unos 300 metros. Pasamos 18 días instalados encima de éste para poder escalar la vía. En nuestro primer ataque intentamos escalar toda la vía a vista, excepto un tramo que siempre se moja porque encima hay un pequeño nevero. Justo a la derecha vimos una posible solución pero también estaba mojado. Hicimos cima y fijamos cuerda para intentar liberar los dos largos más duros por encima de los 6.000 metros, que habían quedado pendientes. Nos quedamos Denis y yo. Nicolas regresó a casa antes que nosotros», sigue explicando Toni.

Las bajas temperaturas estuvieron presentes en el intento de Burdet, Zambretti y Arbonès. «Metías las manos en las fisuras y estaban llenas de hielo. Mis compañeros bromeaban con que me pusiera más magnesio y siguiera escalando», comenta Toni bromeando.

«Los dos largos más difíciles son dos fisuras cortas. El de 7c lo pudimos encadenar en top rope, mientras que el otro, de 7c+, lo hicimos de primeros. Fue nuestra aportación a Eternal Flame«, concluye Toni Arbonès.