Rubén Díaz se ha hecho con la primera ascensión de Cacahuete, en Albarracín, para el que ha propuesto una dificultad de 8B+/C. El bilbaíno ha comentado tras anunciar el encadenamiento que «entre todos los bloques posibles a corto y medio plazo, este era sin duda al que más ganas le tenía. Nunca me canso de la sensación que me produce un paño de roca virgen de alta calidad. El aura que desprende despierta todo por lo que escalo; y encontrarme en esa situación llena de estímulos exigentes me posibilita seguir formándome como escalador».
Este último año Díaz se ha instalado en Albarracín: «El ritmo acelerado de la deshumanización de las ciudades empezaba a afectarme y era un espectáculo que no quería seguir viendo; así que los últimos años he estado a caballo entre Albarracín y Bilbao. Los últimos meses, dadas las circunstancias, los he pasado íntegramente aquí».
—
«Cacahuete se encuentra en el sector Territorio Discovery, un lugar relativamente nuevo que ofrece líneas aisladas de gran calidad»
—
«Cacahuete se encuentra en el sector Territorio Discovery, un lugar relativamente nuevo que ofrece líneas aisladas de gran calidad», comenta Rubén, a quien le preguntamos si abrió él el problema: «Eso pensaba yo, pero no fue así. Encontré este boulder y rápido me di cuenta de su potencial, así que lo cepillé y empecé a probarlo. Tiempo después comentándolo con un amigo que vivía conmigo me dijo: “Ese lo abrí yo el año pasado”; a lo que yo incrédulo le respondí: “Ya estamos con el cuento de siempre”. Pocas veces ocurre, pero esta fue una de ellas: sacó de su teléfono una fotografía del bloque con la cuerda puesta y los cantos magnesiados. Me quedé como un gato de escayola. En apenas un año, el bloque abierto pero nunca probado se había asalvajado tanto que no pude apreciar que un cepillo con anterioridad había pasado por allí».
Con decenas de ascensiones acumuladas en Albarracín, muchas bien duras, como La Teoría del Todo 8B+ o Juneru 8C, Rubén reconoce que Cacahuete «me ha costado más de lo que imaginaba. De hecho, es el bloque que más me ha costado en Albarracín de largo. Curiosamente no entendía por qué, lo veía exigente pero no para que me diera tanta guerra. A veces las primeras ascensiones son lo que tienen; el proceso es mucho más bonito, precisamente, porque es mucho más complejo».
—
«Es una pasada de bloque. Estéticamente es muy atractivo, y cuando descubres los movimientos todavía lo es más»
—
Sobre Cacahuete, una nueva joya de la dificultad en los Pinares de Rodeno, el bilbaíno dice que «es una pasada de bloque. Estéticamente es muy atractivo, y cuando descubres los movimientos todavía lo es más. Son cantos planos, grandes y de pinzas anchas; y todos ellos van acompañados de tensión corporal. Lo más complicado es llegar entero al último dinámico, que si vas un poco tocado lo ves más lejos de lo que está».
Una vez liquidada esta línea, Rubén Díaz podrá centrarse en otros proyectos, que parece que no son pocos: «Tengo proyectos para el resto de mi vida como escalador. Lo mejor es que están es distintos sectores y cada uno de ellos es muy diverso en estilo. Mi mayor proyecto, supongo que como el de todos, es viajar a distintas zonas tanto nacionales como internacionales. Además, en Albarracín hay mucho más potencial del que somos conscientes. El potencial de un lugar es directamente proporcional a la capacidad de visión que tengamos. Por eso, cuanto más nos desarrollemos como escaladores, más líneas aparecerán donde antes, supuestamente, no existían».